Una jueza de Tenerife ha retirado a una madre la custodia de su hija de cuatro años después de que el año pasado se trasladase a vivir a Ripollet (Barcelona) por motivos laborales.

La magistrada justifica la entrega de la custodia de la niña al padre porque este, al estar en paro, "tiene una disponibillidad horaria mayor" para atenderla y por las dificultades que la inmersión lingüística obligatoria exclusivamente en catalán -declarada ilegal por los tribunales- suponen para la escolarización de la niña.

La resolución judicial subraya que, ante la falta de entendimiento de los padres sobre la custodia de la hija, se debe preservar el interés superior de la menor. Y subraya que la menor se ha ido a vivir a una Comunidad "definida por unas características especiales de integración, pues al hecho de adaptación normal a un cambio de territorio o de costumbres, ha de añadirse la dificultad de tener que aprender una lengua cooficial al castellano, el catalán, que de todos es conocido, es lengua empleada por gran parte de la sociedad catalana, así como por las escuelas".

La jueza destaca que no se ha podido acreditar que la niña "esté adaptada con el idioma [catalán] y que dicha circunstancia no esté suponiendo un escollo en su evolución".

La madre, en cambio, considera la sentencia "discriminatoria y machista", y ha anunciado que la recurrirá porque, según asegura, la niña "entiende bien las explicaciones en catalán", para lo que apela a un informe de la escuela en la que está escolarizada, Els Pinetons.