A medida que se acercan las elecciones europeas de mayo, ERC trata de marcar más sus diferencias con CiU, y la gestión del macroproyecto de ocio BCN World es una buena oportunidad para que estas diferencias se visualicen.

La formación independentista ha presentado algunas enmiendas que introducen cambios sustanciales en el proyecto legislativo que CiU promueve para dar acomodo a la inversión.

En este sentido ERC exige dejar sin efecto la rebaja fiscal al juego que plantea la ley porque consideran que no está lo suficientemente justificada; asegura que las previsiones financieras de los casinos no son "racionales" por estar sobredimensionadas; quiere más garantías para que los menores y los ludópatas no puedan entrar en los casinos, y para que los jugadores no puedan apostar a crédito; pretenden que se contemple la retirada de las licencias de juego si se incurre en delito fiscal o blanqueo de capitales; y quieren redimensionar urbanísticamente todo el proyecto, reduciéndolo.

El diputado autonómico Pere Aragonés ha asegurado que ERC no se opone al proyecto "por principios", pero quieren casinos "a la europea".

CiU necesita la abstención de dos grupos entre ERC, PSC y PP

A estas propuestas de ERC, que se antojan difícilmente asumibles por CiU y por el grupo promotor, Veremonte, se suman las advertencias del PSC y del PP, por lo que la federación nacionalista no tiene garantizado el apoyo suficiente para sacar el proyecto adelante.

Rafa Luna (PP) ha declarado que su grupo está "muy lejos" del 'sí' e incluso de la abstención, y entre las enmiendas presentadas se incluyen modificaciones del plan fiscal y urbanístico e incluso del nombre, proponiendo incluir la marca Costa Daurada.

El PSC considera que las previsiones económicas del casino no son realistas, pero sus enmiendas podrían ser aceptadas por CiU. Entre otras cosas, proponen bajar el impuesto sobre el juego del 55% actual al 35% o 25%, no al 10% barajado inicialmente, si un 10% se "revierte" en el territorio. De hecho, el diputado autonómico Xavier Sabaté ha asegurado que su grupo está "abierto" a negociar.

Por su parte, CiU apela a la responsabilidad de los partidos catalanes. "Rovira i Virgili decía que por encima de los campanarios está el cielo de Cataluña. Ahora, por encima de los intereses de los partidos hay los intereses de los catalanes", ha señalado el diptuado autonómico y alcalde de Valls, Albert Batet.

En todo caso, la federación nacionalista necesitará que, al menos, dos grupos entre ERC, PSC y PP se abstengan para sacar adelante el proyecto.