Manuel Cruz, catedrático de Filosofía Contemporánea en la Universidad de Barcelona y presidente de Federalistes d'Esquerres, en un artículo publicado este domingo en El País:
"[...] Constituye un error la banalización de la sobreactuación propia [del Gobierno y de la Generalidad] porque sus consecuencias están lejos de ser banales. En efecto, el presunto argumento intimidatorio 'estos son mis poderes' tiene como su envés inevitable el 'estos son mis deberes' al que quedan comprometidos todos esos políticos que, con una notable dosis de oportunismo, jalearon reivindicaciones que nunca antes habían defendido (o se sumaron, con acrítica docilidad, a las movilizaciones impulsadas por otros), creyendo que podrían usarlas discrecionalmente como argumento de fuerza a su favor llegada la hora de una hipotética negociación.
Se han generado expectativas que va a resultar extremadamente difícil reconducir en el caso de que el proceso [independentista] descarrile o termine en vía muerta. Aquella pregunta que en un discurso televisado planteó Felipe González a los votantes españoles antes del referendum sobre la OTAN, la famosa '¿quién gestionará el no?', debería estar presente, con los debidos retoques, en la cabeza de algunos. En efecto, ¿quién gestionará la enorme frustración de un importante sector de la sociedad catalana si finalmente todo esto queda en nada? Y, metidos ya en interrogantes, ¿con qué criterios?, ¿hacia qué nuevos objetivos?, ¿existe una hoja de ruta para la travesía de la derrota? En definitiva, ¿hay alguien al mando?".