En el reservado de uno de los restaurantes más emblemáticos de Barcelona, la Brasserie Flo, a pocos metros de la Via Layetana y del Palau de la Música, prosiguió este jueves el debate económico, salpicado de algunas puyas políticas, a propósito de las intervenciones que poco antes se habían escuchado en el Colegio de Periodistas por parte de Carlos Solchaga y Guillem López Casanovas.
Según ha podido saber CRÓNICA GLOBAL, compartieron mantel algo más de cincuenta personas, invitados por la Fundación Diario Madrid, sentados entorno a una gran mesa rectangular, presidida por el periodista Miguel Angel Aguilar -y moderador del debate previo-, circunstancia que permitió una conversación relativamente ordenada, bastante cordial, pero con algunos choques dialécticos interesantes.
El ex ministro de Economía y el catedrático reanudaron brevemente la discusión técnica sobre cómo se imputaba el IVA para llegar a la conclusión de que ambos tenían parte de razón en sus argumentos, y apenas iniciaron por agotamiento la polémica sobre las balanzas fiscales. Eso sí, Solchaga insistió en que una Cataluña fuera de la Unión Europea no lograría finalmente conservar el euro y que sus dos bancos emigrarían, escenario que el consejero del Banco de España, López Casasnovas, no desmintió ni matizó tampoco en el almuerzo.
Barbeta y los tópicos
Fueron los sucesivos comentarios despectivos hacia el PSOE del jefe de política del diario La Vanguardia, Jordi Barbeta, lo que propició la controversia más viva con algunos asistentes. Primero negó que los socialistas tuvieran ahora mismo otra hoja de ruta que sacar rédito electoral de su oposición a la reforma de la ley del aborto que impulsa el ministro Alberto Ruiz Gallardón.
Calificó también de mero maquillaje la propuesta de reforma federal de la Constitución, y ninguneó la actuación del PSOE en las sucesivas mareas blancas madrileñas en defensa de la sanidad pública y en contra de las privatizaciones.
Barbeta cosechó sucesivas réplicas por parte del articulista Joaquim Coll, del filósofo Manuel Cruz, del periodista económico Andreu Missé, del ex ministro Javier Solana y hasta del propio Miguel Ángel Aguilar. Barbeta sorprendió a los comensales con sus juicios de intenciones y por una interpretación de la realidad política española repleta de tópicos.
Sin razones económicas para la secesión
Por otra parte, la sensación final tras el debate y el almuerzo fue que las razones económicas para la secesión son pequeñas. La lista de supuestos agravios aludidos por López Casasnovas muy superables, y las disfunciones del modelo autonómico perfectamente reversibles. Entre los asistentes al ágape, fue mayoritaria la opción de introducir el principio de ordinalidad fiscal en el sistema de financiación autonómica, así como la de modificar el cálculo de los cupos el País Vasco y de Navarra para que sean realmente solidarios.
También coincidieron en considerar que el desafío secesionista es de orden político, irresoluble en los términos que está hoy planteada la cuestión con la exigencia de la consulta. Pese a todo, los participantes se conjuraron para seguir tendiendo puentes de diálogo y "llenar trenes de afecto" entre Madrid y Barcelona en ambas direcciones.
Además de los citados, entre los comensales se encontraban el periodista Lluís Foix, el ex director de La Vanguardia Joan Tapia, la periodista Rosa Paz, el ex delegado de la Generalidad en Madrid Jordi Casas, el periodista Pere Rusiñol, el conde Francisco de Sert, el ex director del Festival Internacional Castell de Peralada Luis López Lamadrid, y el periodista Fernando González Urbaneja.