El presidente de la Generalidad, Artur Mas, ha señalado que "si el Estado tiene algo que ofrecer a Cataluña se tendrá que votar; escoger democráticamente entre la oferta del Estado y la pregunta pactada en Cataluña".
En una entrevista publicada este domingo en La Vanguardia, ha precisado que para proceder de esta forma, el Gobierno tiene que mostrar una actitud "que no sea un no permanente".
Mas apuesta por utilizar la ley de consultas que está desarrollando el Parlamento autonómico como solución tolerada por el Gobierno si el Congreso no delega las competencias para convocar la consulta. "Que nos dejen hacer, que no se metan y después ya iremos a Madrid a negociar", ha planteado, y ha señalado unas elecciones plebiscitarias como una alternativa posible, aunque tampoco ha querido descartar una declaración unilateral de independencia, siempre que sea sin "violencia" y sin "hacer el ridículo".
"Siempre hemos sido engañados"
Respecto a un posible "choque de trenes", el dirigente nacionalista ha asegurado que "no lo temo ni lo quiero" porque "no interesa a nadie y perjudica a todos". "Lo que temo es que Cataluña quede en vía muerta. Hay que evitarlo entre todos. La alternativa que nos ofrece el Estado es la vía muerta, ha explicado.
Y se ha mostrado dispuesto a hacer "lo que haga falta", porque "todo el mundo tiene que entender que la única solución posible es que el pueblo catalán pueda decidir su futuro. Ya no hay otra salida. No puedo ir a la Moncloa, llegar a un pacto y que después sea ratificado".
"Pactos como el del Estatuto ya no son posibles. Los interlocutores catalanes ya no confiamos en el Estado. Siempre hemos sido engañados. Cataluña plantea un reto político y democrático con mayúsculas, de gran trascendencia, que no se puede contestar con mentalidad de abogado del Estado", ha añadido.
"Se tendrán que tomar muchas decisiones"
Mas ha augurado que a partir del 9 de noviembre, fecha en la que CiU, ERC, ICV-EUiA y la CUP pretenden celebrar el referéndum independentista, Cataluña vivirá un momento "crucial" de la legislatura, y "se tendrán que tomar muchas decisiones".
Sin embargo, ha sostenido que el proyecto independentista no debe enfrentar a CDC y UDC, que "tienen que seguir juntas e ir más acompañadas en esta aventura".
Mas ha pronosticado que tras una hipotética secesión, habría un proceso de transición para ver cómo quedaría Cataluña dentro de la Unión Europea, "pero no un motivo de expulsión, como si fuéramos unos apestados".
Temor entre los empresarios
El presidente de la Generalidad ha manifestado que es lógico que los empresarios catalanes actúen con prudencia y que para proteger sus intereses "no se signifique demasiado". También ha entendido que tengan temor ante la tensión generada.
Respecto a la situación económica y la financiación de la Generalidad, ha señalado que "una cosa es no cerrar el grifo y la otra cerrar, en parte, la llave de paso, que es lo que están haciendo" desde el Gobierno a través del déficit.
En ese sentido, ha asegurado que la Generalidad está en una "indefensión total desde un punto de vista financiero". "Nunca habíamos sido financieramente tan dependientes del Estado español como ahora. Eso es una paradoja. Ante el mayor el pulso político con el Estado de la historia, más débiles somos desde un punto de vista financiero", ha añadido.
Por ello, Mas ha insistido en que"el error histórico del catalanismo ha sido ocuparse mucho más de las competencias que de los ingresos", y ha defendido que antes de bajar impuestos hay que protger la sanidad, la educación y los servicios sociales.
Preguntado sobre las cartas enviadas en diciembre a los líderes europeos y a medio centenar de gobiernos de todo el mundo pidiendo apoyo para su plan independentista, Mas ha reconocido haber tenido poco éxito: "¿Respuesta? En algunos casos, comprensión. Casi siempre, respeto por el derecho a decidir de los catalanes y la consulta. En otros casos, frialdad. Nunca un rechazo contundente y explícito, hasta ahora".