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Política

Las balanzas fiscales como lugar común de la retórica secesionista

Josep Borrell y Joan Llorach, autores de un artículo publicado en El País el pasado 20 de enero, en el que argumentaban que el método empleado para contabilizar el supuesto déficit fiscal de Cataluña, cifrado en alrededor de 16.000 millones de euros, se sirve de hipótesis que nada tienen que ver con la realidad de los ciclos económicos ni con los sistemas de recaudación y contribución a la Administración del Estado, han suscitado la reacción irada de economistas y medios de comunicación afines a la causa independentista. Este viernes Borrell y Llorach replican desde las páginas del diario de Prisa las críticas recibidas.

31 enero, 2014 09:59

Josep Borrell y Joan Llorach, autores de un artículo publicado en El País el pasado 20 de enero, en el que argumentaban que el método empleado para contabilizar el supuesto déficit fiscal de Cataluña, cifrado en alrededor de 16.000 millones de euros, se sirve de hipótesis que nada tienen que ver con la realidad de los ciclos económicos ni con los sistemas de recaudación y contribución a la Administración del Estado, han suscitado la reacción airada de economistas y medios de comunicación afines a la causa independentista. Este viernes Borrell y Llorach replican desde las páginas del diario de Prisa las críticas recibidas.

En primer lugar, Borrell y Llorach reiteran que los datos que sustentan su tesis proceden de la Generalidad y del estudio Viabilidad de Cataluña como Estado, elaborado por la Fundació CatDem, vinculada a CiU, y en ningún caso del informe de FAES, como se les ha objetado. Sin embargo, los autores no niegan "la existencia de un déficit fiscal de Cataluña con el Estado".

Pero eso hay que atribuirlo, explican, al hecho de que "la renta per capita catalana es superior a la española y nuestro sistema fiscal es progresivo. Lo importante es el método para calcularlo, el significado del resultado y su variación en el tiempo influenciado por el ciclo económico. Por eso decíamos que un solo año no es suficiente para conocer las relaciones fiscales interterritoriales".

"Una Cataluña independiente debería financiar los servicios que ahora recibe"

Los autores del artículo insisten en que, a lo largo y ancho del debate, se ignora o se omite deliberadamente que un hipotético Estado catalán independiente debería sufragar los costes del suministro de, al menos, "los mismos bienes públicos que hoy presta la Administración central según la actual estructura competencial del Estado". Borrell y Llorach vuelven a los hechos:

"Una Cataluña independiente debería financiar todos los servicios que ahora recibe del Estado, se produzcan o no desde el territorio catalán. ¿O es que no iba a tener su red de embajadas y consulados, su propia defensa y sus propios sistemas de gestión tributaria? ¿Es que alguien se las suministraría gratis?".

El gasto de estos bienes debería repartirse proporcionalmente entre la población, según el criterio del flujo del beneficio, que es el criterio empleado por la propia Fundació CatDem. Esto, que sería "lo razonable", implicaría que "el déficit observado de 792 millones de 2009 se convierte en un superávit a favor del Estado de 4.105 millones. Y para 2010 el déficit observado de 5.835 se convertiría en un déficit de 774".

"Los 16.409 millones no aparecen por ninguna parte"

La "neutralización" es otro de los lugares comunes de esta controversia. Los autores no desmerecen el método, pues bien puede dar "una idea estructural de la posición fiscal de Cataluña". Pero denuncian, una vez más, que "el déficit fiscal calculado neutralizando el déficit público no es equivalente a recursos adicionales disponibles gracias a la independencia. Porque esos impuestos que se tendrían que pagar en el futuro, por definición, todavía no se han pagado y por ello no estarían disponibles en el presente".

En cualquier caso, que "los 16.409 millones no aparecen por ninguna parte" está fuera de dudas. Los críticos aducen que se "encuentran" en "los recursos futuros que el ejercicio de la neutralización añade a los presentes", pero Borrell y Llorach replican que "no tiene sentido" fabular sobre estimaciones futuras "cuando se trata de medir la capacidad de autofinanciación de Cataluña como Estado".

Finalmente, los autores instan al Gobierno a intensificar este debate y a seguir aportando datos y argumentos, puesto que, no en vano, es "un tema importantísimo" que en Cataluña se está poniendo al servicio de "la ideología independentista".