Política
FAES publica "veinte preguntas con respuestas sobre la secesión de Cataluña"
La fundación presidida por Aznar analiza y rebate en un amplio documento los aspectos históricos, jurídicos, sociales, culturales y económicos del proyecto independentista
29 enero, 2014 15:53La Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) ha publicado este miércoles un documento, titulado "Veinte preguntas con respuestas sobre la secesión de Cataluña", en el que se analizan y se rebaten los aspectos históricos, jurídicos, sociales, culturales y económicos del proyecto independentista promovido por Artur Mas.
El informe de la entidad presidida por el expresidente del Gobierno José María Aznar trata de responder a los motivos, los mecanismos, los costes y las consecuencias del desafío rupturista.
El documento, de 82 páginas -y editado en castellano y en catalán-, recoge las aportaciones de académicos, políticos, economistas y miembros de la sociedad civil, y se estructura en cuatro apartados: ¿Por qué? Los motivos de la secesión; ¿Cómo? La vía de la secesión; ¿A qué precio? El coste de la secesión; y ¿Para qué? El resultado de la secesión.
El argumentario de FAES
Las veinte preguntas y sus respuestas reducidas son:
1. ¿Se puede hablar con razón de una historia de España contra Cataluña? No, en absoluto. Ni en 1714 ni en los 300 años transcurridos desde entonces.
2. ¿La Transición fue querida por los catalanes? Sí, sin duda. [...] El 93,36% de los catalanes que acudieron a las urnas votó 'sí' a la pregunta "¿Aprueba usted el Proyecto de Ley para la Reforma Política?".
3. ¿La Constitución y el Estatuto de 1979 fueron queridos por los catalanes? Rotundamente sí. La Constitución española es también la Constitución de los catalanes, que la celebraron masivamente. [...] Dos de los siete ponentes constitucionales eran catalanes. [...] En el referéndum constitucional celebrado el 6 de diciembre de 1978 la participación a nivel nacional fue del 67,11%: en Cataluña fue del 67,90%. El 90,46% de los votantes catalanes apoyó la nueva Constitución, casi tres puntos
por encima del porcentaje obtenido por el “sí” en toda España (87,87%).
4. ¿La sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de 2006 impide que los catalanes tengan un estatus satisfactorio dentro del marco constitucional español? Obviamente no. Ciertamente eso se repite todos los días en declaraciones y documentos, hasta el punto de que esa es la creencia general de muchos ciudadanos catalanes, pero no es verdad. Es una lamentable excusa, porque el Estatuto era inconstitucional en numerosos e importantes aspectos y el Tribunal Constitucional no tuvo más remedio que declararlo así. [...] El Estatuto está en vigor en la inmensa mayor parte de su contenido y éste desborda largamente, no ya al Estatuto de 1979, sino al de 1932 e incluso al proyecto de Núria de 1931.
5. ¿Puede hablarse en algún sentido de falta de representación de los catalanes en el proceso constituyente o en las instituciones del Estado? No, esa afirmación carece de fundamento. [...] Desde 1977 hasta hoy el número de diputados en el Congreso elegidos en Cataluña ha sido de 579. Los diputados elegidos en Madrid han sido 429. Algo parecido puede decirse del Senado. Desde ese punto de vista, la Constitución y las leyes que se han hecho en el Congreso de los Diputados para toda España han sido, si se permite la expresión, mucho más catalanas que madrileñas.
"¿Cómo? La vía de la secesión"
6. ¿Existe un derecho a decidir al margen de la Constitución y el Derecho? No. Ni en España ni en ninguna otra democracia. La Constitución y las leyes son precisamente las que aseguran el derecho a decidir sobre los asuntos políticos que nos afectan, como se viene haciendo con absoluta transparencia y naturalidad en las elecciones locales, autonómicas, europeas y generales, entre otros procedimientos, incluido el referéndum en los términos fijados en la Constitución.
7. ¿Es aplicable a Cataluña el llamado derecho de autodeterminación? No, no lo es. Se trata de un derecho limitado a procesos de descolonización y regímenes no democráticos y que no respetan el Estado de Derecho, sujeto a condiciones enumeradas por la ONU que no tienen nada que ver con lo que sucede en Cataluña ni en ninguna otra parte de España.
8. ¿Es legal convocar una consulta con unas preguntas como las anunciadas en Cataluña para el 9 de noviembre de 2014? Rotundamente no. Ni la Generalidad de Cataluña ni ninguna otra institución española pueden plantear un referéndum con semejante contenido.
9. ¿Puede el Estado convocar la consulta o delegar la convocatoria de la misma en la Generalidad, tal y como ha acordado el Parlamento [autonómico] de Cataluña? No cabe que ninguna institución, ni siquiera el Gobierno del Estado, convoque un referéndum de secesión. Como tampoco cabe que el Gobierno delegue en la Generalidad la competencia para convocar una consulta de esta naturaleza, y menos aún para convocar un referéndum con unas preguntas anunciadas por los propios interesados, que ya se conoce que son inequívocamente inconstitucionales. [...] El Estado no puede delegar una competencia que él mismo no puede ejercer. Y cabe añadir además que, aunque la tuviera, tampoco sería posible delegarla en la Generalidad. [...] Que sea consultiva y no vinculante no convierte una consulta imposible en posible.
10. ¿Existe algún otro cauce legal para una consulta de secesión en Cataluña sin modificar la Constitución? No. No existe ningún otro cauce legal para una consulta de secesión en Cataluña sin modificar la Constitución. [...] En términos jurídicos, al reclamar al Estado que ceda a la Generalidad una competencia que se considera estatal y cuya delegación formal se solicita, se ha reconocido claramente que esa competencia es del Estado y que no cabe atribuirla a Cataluña en ninguna Ley propia de consultas que se haya dictado o se pueda dictar. [...] La única alternativa es que se promueva una reforma de la Constitución.
"¿A qué precio? El coste de la secesión"
11. ¿España ha robado en el pasado a Cataluña? No. Desde el siglo XVIII se constata un intenso proceso de modernización de la sociedad catalana, uno de cuyos indicadores más claros es el aumento de su población. [...] Gracias a estas políticas proteccionistas [llevadas a cabo desde entonces] y no de libre competencia, Barcelona pudo convertirse en una gran ciudad comercial e industrial, como núcleo de una Cataluña próspera.
12. ¿España roba ahora a Cataluña? Por supuesto que no. El secesionismo afirma que existe un presunto maltrato fiscal que padecen los ciudadanos catalanes en el actual modelo de Estado y que por ello es urgente alterar el sistema de financiación de Cataluña, como primera etapa, y avanzar luego por la senda de la ruptura como un empeño ineludible tras tantos años de injusticia. Pero eso no es más que un mito. [...] La comparación internacional con otros Estados occidentales con un nivel similar de descentralización al de España pone de manifiesto que Cataluña no sólo recibe un tratamiento fiscal como mínimo equivalente al de cualquier región con parecida renta per cápita relativa, sino que, además, en función de la metodología que se utilice para el cálculo, este resultado puede llegar a ser significativamente mejor en el caso catalán que en el de dichas regiones, pudiendo incluso deparar superávit fiscal en algunos años.
13. ¿Cuál sería la moneda de una Cataluña fuera de España? Fuera de España estaría fuera también de la Unión Europea y, cómo no, de la Unión Económica y Monetaria, es decir, del euro. [...] Nadie podría obligar a los catalanes a deshacerse de sus activos en euros y, por supuesto, tendrían muy difícil, por no decir imposible, deshacerse de sus deudas denominadas en la moneda común, pero de mantener la moneda única, Cataluña pasaría a formar parte, junto con Andorra, Liechtenstein y Montenegro, del grupo de países europeos que utilizan el euro sin ser en realidad parte del euro.
14. ¿Sería más rica una Cataluña fuera de España? No, al contrario. Su situación económica cambiaría muchísimo y para mal. Además de perder el euro, si Cataluña se encontrase fuera de la Unión Europea se vería separada de sus vecinos, España y Francia, y del resto de socios europeos por el Arancel Exterior de la Unión; la legislación de la Unión dejaría de aplicarse, y también se vería privada de los Fondos de la Política Agrícola Común y de los demás fondos que a lo largo de su historia Europa ha creado para paliar los efectos de la crisis en países que han estado seriamente afectados por ella o para favorecer el desarrollo regional de algunos de ellos.
15. ¿Cuáles serían los datos económicos de una Cataluña escindida? Dado que el peso del comercio con el resto de España es decisivo en el conjunto de la actividad económica de Cataluña (aproximadamente 10.000 millones de euros de exportaciones a Francia, frente a 62.000 al resto de España), los efectos de la secesión serían devastadores.
"¿Para qué? El resultado de la secesión"
16. ¿Seguiría Cataluña en la Unión Europea? No. Ni seguiría ni probablemente entraría fácilmente, puesto que eso exige el acuerdo de todos sus miembros y el cumplimiento de unos requisitos que el secesionismo rechaza de plano.
17. ¿Y en la OTAN? No, no seguiría en la OTAN, por razón equivalente a la anterior. [...] Una Cataluña fruto de la secesión tendría que solicitar su incorporación y obtener el consenso de los Estados miembros y asumir el coste económico y social de su propia defensa.
18. ¿Y en la ONU? No seguiría en la ONU, tendría que solicitar su ingreso.
19. ¿Qué tratados internacionales tendría que negociar si se produjera la secesión? El principio es que España sin Cataluña seguiría siendo parte de todas las instituciones de las que ahora lo es -aunque no necesariamente en las mismas condiciones; por ejemplo, en la Unión Europea habría que renegociar el peso en el Consejo, el número de europarlamentarios, etc.- y que no lo sería de ninguna hasta que lograra negociar su ingreso como un nuevo miembro. Todos los tratados afectados tendrían que ser negociados.
20. ¿En conjunto, cuál sería el resultado de la secesión para Cataluña? El resultado de la secesión es claro desde el punto de vista jurídico, político, económico, social e internacional: debilidad institucional, empobrecimiento severo y aislamiento internacional. Pese a que el secesionismo se esfuerza en ocultar esta realidad a la sociedad catalana, lo cierto que es que los procesos secesionistas conducen a esas consecuencias, y Cataluña no tiene por qué ser una excepción. [...] Catalán y español no han sido nunca términos excluyentes sino más bien lo contrario. Por eso la pretensión de separarlos sólo puede ser traumática. No sería una escisión, sino un desgarro en el que todo un complejo y tupido entramado de relaciones de todo orden, también personales, familiares y humanas, quedaría roto.