Rajoy, durante el discurso

Rajoy, durante el discurso

Política

Convergència, enloquecida por los malos presagios electorales

Logotipo del Tricentenario (1714-2014) hecho de uso obligatorio por la Generalidad. Los sermones independentistas penetran de mala manera, ay Dios mío, en las peluquerías de señoras. Realmente, CDC está desesperada, ante su muy incierto futuro.

28 enero, 2014 20:40

Lugar, una peluquería de señoras del barrio de Les Corts. Hora, alrededor de las seis de la tarde del pasado lunes. Protagonista, un señor vestido normal y acompañado de una chica o señora aparentemente afectada por una incapacidad psíquica. Llama a la puerta de la peluquería. El peluquero acude, manifestando que no le puede atender, al pensar que pedía alguna ayuda.

El señor dice que no quiere nada, sino que es de "Convergència", es decir de CDC, y que tiene que hablar con él y las clientas que están en el establecimiento. Dicho más claro, está en misión, para su partido. Entra deprisa e inicia lo que una clienta calificará de "rollo". El señor cree que estamos en un momento muy delicado y que CDC es la única solución, una especie -digo yo- de "ungüento de la serpiente", vendido años atrás en las ferias.

Mendigando el voto para CDC

Según este símil, el ungüento del día sería votar a CDC, participar en la consulta, la independencia, etcétera. Nada nuevo. Su discurso es de un amodorramiento opiáceo.

Las señoras y el dueño de la modesta peluquería se quedan en estado de shock. Pasar de pensar en un nuevo peinado, o estar atento a los rulos, a cambiar el mapa de Europa y del mundo nunca ha sido cosa fácil. El predicador independentista no consigue atraer la atención. Después de largos minutos se acaba el "rollo", con gran satisfacción del público más bien forzado que no acaba de creerse lo que ha sido viendo y oyendo. Si Luis Buñuel hubiese pasado por allí, habría hecho una película.

Dos panfletos de CDC

El remate final y liberador consiste en que el predicador independentista saca tarjetas personales y ofrece una a cada uno de los miembros del nada voluntario y resignado público. Les recalca que, si a los boquiabiertos asistentes les hace falta algo, le encontrarán en el Ayuntamiento del barrio de Les Corts, indicando que está muy cerca, en la Plaza Comas.

También les da dos panfletos, de los caros, de los de colorines. Uno se titula Derecho a decidir y Estado propio, garantía de un futuro mejor. Ay caray, digo yo. Si la "mejora" es como el desastre que encarnan Artur Mas, Boi Ruiz, Mas-Colell y Homs, más vale huir, que siempre alguno se escapa, dicen.

El otro folletín parece pensado para personas de lo que ellos llaman "país vecino". Tiene por título Orgulloso de sus orígenes, orgulloso de Cataluña. Una vez más, hay que tener mucha fe, y capacidad de olvidar la realidad y los comentarios francamente racistas que emiten corsarios de CDC por Internet. Nunca antes se había leído nada parecido, aliñado de un montón de "hijo de p." y de delicadezas del mismo género. Vaya, que cuando conviene hay determinismo territorial y que, cuando no conviene, se olvida.

La actividad del consejero municipal de CDC

Ahora bien, lo mejor es la tarjeta del disertador de modesta peluquería de barrio. En la parte superior izquierda está el logotipo del municipio de Barcelona y, por si no quedara bastante claro, el texto "Ayuntamiento de Barcelona". A continuación, el nombre completo del predicador seguido del texto "Distrito de Les Corts, Consejero, Grupo Municipal CiU". Va seguido de la dirección y teléfono del distrito, de la dirección de la página web del Ayuntamiento y del correo electrónico del responsable del sermón de peluquería.

Al día siguiente intenté saber algo del predicador. Fui al edificio de la Plaza Comas. Me atendió un amable funcionario a quién pedí la lista de consejeros de distrito. Lo encontró normal y banal. Pero no la encontramos, quizás porque no está disponible.

El principio de la realidad

El funcionario hizo una llamada interna. Nos cayó encima el Principio de la Realidad (Realitätsprinzip) que diría Freud. Una voz dijo, por el teléfono interno, que la pidiera por escrito. Mariano José de Larra lo entendería. Ya no tenemos el "vuelva usted mañana" sino el "escriu demà, noi".

Con lista o no, resulta fácil saber quién manda, en nombre de CDC, en Les Corts. Es el tercer teniente de alcalde de Barcelona y regidor de Les Corts, Antoni Vives Tomàs. Pertenece al sector más radicalmente talibán de CDC. Proviene del Moviment de Defensa de la Terra, rama política del preocupante conglomerado del PSAN y el PSAN (provisional) así como muy cercano a Terra Lliure, respecto a la cual emitió, como mínimo, un comunicado de adhesión. Todavía hoy, Vives es la radicalidad y la osadía en estado puro. Da igual ocho que ochenta. Cuando veo algún comentario suyo me acuerdo de los auténticos talibanes y su Pashtunwali.

La desesperación de CDC

Antes de escribirlo, explico lo que acabo de exponer a varias fuentes, para ver si encuentran normal llevar a cabo actividades sermoneadoras en el interior de modestos establecimientos que ya tienen suficiente trabajo con no cerrar definitivamente la puerta y tirar las llaves. ¿No lo saben los regidores talibanes de Barcelona?

Todas las fuentes, entre ellas de CDC, quedan estremecidas. Sólo una me dice que quizás en algún pueblo de comarca, y pocos días antes de unas elecciones locales, algún partido ha ido por las tiendas a repartir propaganda. Pero nada más.

Algunas fuentes lo encuentran ridículo. Mencionan lo que llevan a cabo los Testigos de Jehovà y los Mormones, si bien creo que estos últimos son más prudentes.

Las malas perspectivas de CDC

Una fuente de CDC, pero de los sectores ahora perseguidos, en concreto, un nostálgico de nuestro común amigo Ramon Trias Fargas, me dice que la payasada peluquera de Les Corts es un acto que "como otros muchos, demuestra la desesperación de Mas, la de la cúpula de CDC, la de ERC y la de todo el independentismo". Me cita un artículo mío publicado en este medio sobre la reunión de lunes de la ejecutiva de CiU. Informé de las malas perspectivas electorales del independentismo. Todo era exacto.

"Un partido con buenas perspectivas de futuro -me dice la fuente de CDC- no hace las barbaridades que me explicas. Lo hacen sólo aquellos que han perdido el norte, caso obvio de CDC. Viven su desastre de manera enfermiza, angustiada, no por patriotismo sino por ansia de poder. Por eso encuentran normal crear tensiones, incluso entre señoras que están en una peluquería. Estas les agradecerían más que detuvieran la destrucción de la sanidad pública y dejaran de querernos hacer volver tontos con la mentirosa TV3".

Añade: "Son gente que se han tomado Cataluña como su finca y que tienen el poder político como único medio para poder comer. En los próximos meses les veremos hacer más barbaridades, una tras la otra. Cuando se les haga mostrar su verdadera cara, se fundirán como la nieve expuesta al sol".

Ahora, el logotipo del Tricentenario

Como no hay una burrada sin otra, resulta que la Presidencia de la Generalidad acaba de difundir la obligación radical y general (de todos los organismos de la Generalidad, autónomos y empresas públicas dependientes) de usar el logotipo del Tricentenario (1714-2014) en todo y para todo.

A todos aquellos se ha enviado un correo electrónico imperativo. Tengo en la mano un ejemplar. Entre otras cosas, afirma:

"De acuerdo con las instrucciones emitidas por la Dirección General de Atención Ciudadana y Difusión del Departamento de Presidencia [de la Generalidad] es necesario que todas las entidades de la Generalidad [departamentos -consejerías-, organismos autónomos y empresas públicas] incluyan este logotipo [lo del Tricentenario de 1714] en la firma del correo electrónico, durante [todo] 2014".

Como Franco, Mussolini y Castro

No cuesta mucho establecer paralelismos. Franco obligó -también a todos los departamentos- que junto a la fecha se añadieran adjetivos. Junto al año 1937 se tenía que poner la expresión "I Año Triunfal", para 1938 cambió a "II Año Triunfal" y para 1939 fue "Año de la Victoria".

Franco era poco original. Se inspiró con su admirado Benito Mussolini. Este creó la era fascista. La comenzó no al principio de un año, sino al día siguiente de la Marcia su Roma, es decir el 29 de octubre de 1922. Así, el año I dell'era fascista acabó el 28 de octubre de 1923, para empezar el anno II dell'era fascista, y así sucesivamente, siempre entre las dos fechas citadas de octubre. En toda Italia, la payasada llevará hasta el golpe monárquico del 25 de julio de 1943. Se retomó en el norte, bajo la cruel República de Salò, para acabar con la derrota del nazifascismo.

El castrismo, Mascarell y Duart

También podemos encontrar una maldad comparable más cerca. Seguro que se acuerdan los e xmilitantes de la Organización Comunista de España Bandera Roja Ferran Mascarell (por desgracia, ahora consejero de Cultura) y Brauli Duart (también por desgracia, caudillo de la radio y la TV de la Generalidad).

En efecto, esta siniestra organización copió, en Cataluña, las denominaciones entonces obligatorias en la Cuba castrista. Así, en 1959, en Cuba, era obligatorio escribir "Año de la Liberación", en 1968, "Año de la Reforma Agraria", etcétera.

Se sumaron los comunistas de Bandera Roja en 1968, en que usaron en sus panfletos la expresión, obligatoria en aquel año en Cuba, de "Año del Guerrillero Heroico". Fue seguido, en 1969, por "Año del Esfuerzo Decisivo", en el que "decisivamente" y definitivamente el castrismo acabó de rematar la agricultura. Todavía continúa muerta.

Si con estas locuras el independentismo casero no se acaba de hundir, habrá para tirar cohetes. O para instalarse en una cómoda poltrona de una peluquería de señoras, durante todo otro tricentenario. En todo caso, Cataluña no podrá durar tanto si Mas continúa como ahora hasta el fin de su mandato. No lo digo para hacer una gracia, dado que el tema no es para reír, sino para llorar. Lo afirmo porque las maldades actuales han de tener un límite.