El Consejo Político de la CUP ha ratificado por unanimidad este sábado el acuerdo al que llegaron con CiU, ERC e ICV-EUiA para promover un referéndum para la secesión de Cataluña, aunque, a la vez, ha criticado duramente que la fórmula elegida incluya dos preguntas, por considerarla poco clara, y se ha conjurado para intentar "reformularla".
De hecho, la resolución aprobada por la CUP plantea una importante contradicción de fondo. Por una parte, acata el acuerdo, pero la mayor parte de su contenido está dedicado a criticarlo.
Así, reprueba "las limitaciones" del acuerdo; denuncia que "la CUP ha sido una invitada de piedra en el proceso de negociación de la fecha y la pregunta", en realidad, preguntas; advierte de que la fórmula escogida "no da salida real a las demandas expresadas por la mayoría de nuestro pueblo"; y asegura que "la CUP no puede evitar ser crítica con la doble pregunta y lo seguirá siendo, con la esperanza de que pueda ser reformulada".
"Este no es el objetivo"
En ese sentido, la formación secesionista reconoce que "la formulación actual [del referéndum] difícilmente puede dar paso a un mandato claro sobre la independencia, y en cambio abre las puertas a un posible proceso de negociación de las élites catalanas con el Estado para obtener una reformulación de la relación de Cataluña con el Estado".
"Este no es el objetivo del referéndum por el que ha luchado y sigue luchando la mayoría social de nuestro pueblo: decidir, sí o no, sobre la independencia de nuestro país", añaden.
Y, en todo caso, ante la alta probabilidad de que no se pueda de celebrar la consulta, anuncian una "movilización popular", y aseguran que "hay que preparar desde ahora mismo una masiva confrontación democrática con el Estado español".
El pasado martes, el diputado autonómico de la CUP Quim Arrufat ya anunció su descontento con el acuerdo que ellos mismos habían firmado cinco días antes, y aseguraron que trabajarían para "reformular" las preguntas.