El ex presidente de la Generalidad Jordi Pujol (CiU) se declara "admirador de España", pero al mismo tiempo reitera que votará "independentista" porque tiene la sensación de que el Gobierno "nos quiere chafar". Con todo, aconseja a los partidarios de la secesión una suerte de independentismo no "antiespañol".
Pujol, en una entrevista publicada este martes en El Periódico, sostiene que "el odio es muy negativo, en general", y por ello aboga por emular la actitud de Nelson Mandela y "amar al adversario". El "adversario", claro está, es esa cosa llamada España, que en 1955 no le "produce rechazo", pero ahora "hay que hacer un traje nuevo".
Según el ex presidente autonómico, "el PP quiere un vestido nuevo, pero sobre una base muy hostil: que nosotros no somos nada". En este sentido lamenta que en 1976 podía suscribir que "los catalanes somos nacionalistas" pero "no somos regionalistas ni separatistas". En cambio, según afirma hoy, "para poder mantener eso hay que recibir un trato justo por parte de España, y no lo recibimos".
"Yo votaré independentista"
"Nos quieren llevar a la residualización, de tipo lingüístico, cultural, político, institucional, económico…", ha hilado el ex presidente. Por eso, admite, "yo votaré independentista".
Pujol ha hecho alusión a las constantes intervenciones de la presidenta de la ANC, Carme Forcadell, quien pareciera querer marcarle la agenda al presidente de la Generalidad. "El país [por Cataluña] ha de ser capaz también de no empujar al liderazgo de forma desordenada. Esta inteligencia la ha de tener el liderazgo y la ha de tener la gente", ha aconsejado el ex mandatario convergente.
"Cataluña tiene un problema serio", ha asegurado Pujol, quien garantiza que el mejor modo de resolverlo "es con una consulta". Bajo estas premisas, el ex presidente autonómico hará "lo que diga el president", pero insiste en que "el nacionalismo ha de decir 'no nos hemos entendido [con el resto de España] y tenemos la sensación de que ustedes nos quieren chafar'".
"En España no funciona nada. Nada", resuelve Pujol. Acto seguido matiza que "lo que representa España desde todos los puntos de vista es muy importante". Pero, en una muestra más de su habilidad para defender una cosa y más tarde lo contrario y luego recuperar finalmente la retórica victimista, Pujol ha sentenciado que la "mentalidad" tanto de la derecha como de la izquierda española es "no ya recentralizadora, sino negadora de Cataluña. De menosprecio".