Antonio Robles, periodista, profesor de filosofía y ex diputado autonómico de Ciudadanos, en un artículo publicado este jueves en Libertad Digital:
"Vivo sin vivir en mí. Espero expectante [por ver] a qué velocidad ordenarán jueces y Gobierno el cumplimiento de la última sentencia del Tribunal Supremo que devuelve a los padres de un niño el derecho a que el pequeño pueda estudiar en castellano, además de en catalán.
Espero expectante porque, si para dejar en la calle a etarras y violadores les bastó unos días, para derecho tan legítimo suspenderán el puente de la Purísima diligentes y prestos a que el pequeño tenga todo dispuesto para recibir el lunes a primera hora la educación en lengua materna.
Sí, ya sé que no es lo mismo. ¿Cómo va a ser lo mismo dejar en la calle a una etarra con 20 asesinatos a las espaldas, o a un violador sádico, que garantizarle a un niño español educación en lengua española? La diligencia mostrada con lo primero no es cuestión discutible. Con la segunda es dudoso. Los primeros han salido a decenas en pocas semanas. Y han sido recibidos como héroes en sus pueblos, mientras a los violadores a pedradas. Cosa extraña, pues el mal de un violador se reduce a su fuerza individual, el de un nacionalista del terror a todo un pueblo [...]".