El Senado de Italia ha votado este miércoles, como ya se preveía, expulsar como senador al ex primer ministro Silvio Berlusconi, después de que este fuera condenado en firme por fraude fiscal. Más allá de perder el escaño que obtuvo en las elecciones del mes de febrero, las consecuencias para Berlusconi, todavía inmerso en otros procesos judiciales, podrían ser más graves: con la pérdida del asiento, pierde también toda inmunidad parlamentaria ante la justicia.
La decisión la ha podido tomar el Senado en aplicación de la llamada Ley Severino, aprobada el año pasado por el Ejecutivo tecnócrata de Mario Monti -muy probablemente, pensando en el caso de Berlusconi-, que prevé expulsar del Parlamento a los representantes electos que hayan recibido una sentencia en firme de como mínimo cuatro años de prisión. Un supuesto que afecta de pleno Berlusconi, condenado el agosto a cuatro años por fraude fiscal en el caso Mediaset.
La condena se rebajó posteriormente a un año, gracias a un indulto parcial, y Berlusconi no tendrá que pisar la prisión por este caso. Pero esto no le salva necesariamente de cara a un futuro. Y es que il Cavaliere tiene pendientes otras procesos. Como por ejemplo el caso Ruby, pendiente de recurso, por cual un tribunal de Milán le condenó a siete años de prisión por prostitución de menores y abuso de poder, y varias investigaciones sobre presuntos delitos de corrupción y de inducción a la prostitución. Con la inmunidad perdida, cualquiera de los juzgados que llevan estos casos podría ahora pedir la prisión provisional de Berlusconi, si así lo ve conveniente.
La reacción de la ex primer ministro ha sido airada y retórica. "Este es un día de luto para la democracia", ha proclamado, asegurando que "no es el líder del centroderecha quien ya no es senador", sino que "son los líderes del Gobierno los que ya no son [moralmente] parlamentarios". También ha asegurado que volverá a presentarse a unas elecciones con su formación, Forza Italia. Sin embargo, la ley deja claro que los condenados a más de dos años, como es su caso, no podrán presentarse a ninguna elección en Italia durante seis años.