El ex presidente de la Generalidad Jordi Pujol, desde su teórico retiro, continúa haciendo política de primer nivel. Y continúa decantándose hacia posiciones soberanistas. Ahora, criticando la tercera vía que propone el también nacionalista Josep Antoni Duran i Lleida -y que ve con buenos ojos el PSC- como alternativa a la independencia. Una vía que considera que "no se puede aplicar".
Pujol, entrevistado este jueves a RAC1, ha razonado que lo que ahora se conoce como tercera vía no es nada de nuevo, sino que es "un invento del catalanismo del siglo XX", tanto "de derechas como de izquierdas". Un "invento" que "ahora no se puede aplicar", porque, a su parecer, es una vía que "está absolutamente obstruida". Y ha asegurado que él mismo fue un "gran usuario".
En este sentido, Pujol ha interpretado que "un último intento de tercera vía fue el Estatuto del 2006", y que el punto de inflexión fue la sentencia del Tribunal Constitucional del 2010, que ajusta a la ley el Estatuto. Evitando en todo momento alusiones explícitas a la independencia, Pujol ha dicho que después de esta sentencia "mucha gente que hasta entonces no estábamos" en esa opción, pasó a considerar "que no saldremos adelante".
Pujol, de hecho, ya se posicionó en contra del Estatuto de 2006, -que promovió el ex presidente autonómico Pasqual Maragall (PSC)- cuando todavía se estaba elaborando. Sólo que, entonces, no lo hacía desde las posiciones que ha adoptado después de su último giro hacia el independentismo.
Recuerda que el castellano es la lengua "de muchos catalanes"
En una línea parecida se ha manifestado en el editorial de su fundación publicado este miércoles. El ex presidente de la Generalidad interpreta los movimientos independentistas como una "reacción" contra "un marco español muy agresivo" que supuestamente pretende borrar la autonomía y la lengua catalana en dos generaciones, según explica. Y, a pesar de que en este editorial tampoco se posiciona literalmente a favor de la independencia, si que la cita como opción posible:
"Todo pueblo tiene derecho a defender su identidad y su capacidad de crear una sociedad justa y adecuada a su manera de ser. También, si hace falta, con la independencia. Y esto es lo que ahora está en juego en Cataluña".
Pujol añade que, "la manera de hacer que esto sea posible" y "la única manera de hacer las cosas bien", consiste en que "la ciudadanía sea consultada". Y defiende que "si la separación se quiere hacer bien", Cataluña "no se tiene que proponer dar la espalda a lo que de positivo y a veces de extraordinario ha habido en la historia de España o en su cultura". Incluyendo "obviamente la lengua castellana".
Sobre el castellano, Pujol recuerda "su proyección mundial". Pero también señala que "seguiría siendo la lengua de muchos ciudadanos catalanes, también en un Cataluña independiente". "En un proceso así hay que valorar los derechos y los valores de todo el mundo. Hay que saber valorar el otro", concluye.