"No ha servido para nada", afirmaba un miembro del Consell Nacional del PSC. Lo decía con pesar. "Cuando llegue el momento -la votación en el Parlamento autonómico pidiendo la cesión de competencias al Gobierno para celebrar un referéndum- los críticos votarán diferente", concluía, en el mismo tono pesimista. Los miembros del Consell Nacional del PSC llegaban a la sede de la calle Nicaragua con caras de preocupación. No era para menos. Todos sabían que el PSC se la jugaba. Tanto, que Montserrat Tura, embarcada en otras aventuras, no estaba presente.
Después de más de una hora de espera, con negociaciones entre bambalinas, Pere Navarro hizo su intervención. Las malas lenguas dicen que el padre de las palabras del primer secretario ha sido Miquel Iceta. Sin preguntarle, a muchos no les cabe ninguna duda. "Pere, en esta primera intervención no estuvo fino", afirma un consejero, para añadir: "Lo hizo mal, fatal diría yo, sin convicción. Parecía cansado y sin confianza". Sin embargo, después de un sinfín de intervenciones la opinión de este regidor socialista cambia radicalmente: "Se creció. Estuvo certero".
Por el otro lado, Àngel Ros y Joan Ignasi Elena rompieron las hostilidades. Exigieron votar las dos resoluciones que estaban en manos de los miembros del Consell Nacional. El ambiente se enrarecía pero ninguno de los dos habló de ruptura. "Eso llegará cuando tenga que llegar. Hoy sólo Laia Bonet se ha atrevido a hablar de división. Ha sido un gran error", afirman asistentes a la reunión del PSC. Algunos van más allá. "Han perdido. Han perdido de forma importante pero eso no les va amilanar. Romperán la disciplina de voto y no respetarán la democracia interna. Mucho hablar del derecho a decidir pero se cargarán el derecho a decidir del PSC", afirma un delegado que respaldó a Navarro. Si se produce esta situación algunos recuerdan las palabras del afónico Balmón: "Sólo cabe una respuesta política". Esa respuesta sólo puede ser la expulsión dado que miembros de la ejecutiva descartan que "sólo vaya a haber una multa. El tiempo de las multas ya ha pasado".
"Algunos han jugado con fuego y se han quemado"
Los delegados de la mayoría no están contentos. Saben que el PSC está en un mal momento. "Hemos ganado porque muchos veníamos a piñón fijo con Navarro". No se puede estar desautorizando al primer secretario en los medios como ha hecho Marina Geli -entrevistada en el programa de Sílvia Cóppulo en Catalunya Ràdio apenas una hora antes del Consell Nacional- que habla mucho y es muy poco crítica con lo que ha hecho en los últimos años.
Los delegados de la minoría están deprimidos. No se esperaban un varapalo tan contundente. Apenas un 13% de los delegados les han dado apoyo. "Algunos han jugado con fuego y se han quemado. El problema es que van a provocar que se queme el PSC y luego la sociedad catalana. Estamos todo el día hablando del derecho a decidir que es una consulta que no se va a hacer. Hoy nos hemos dedicado a discutir sobre la táctica a seguir. De la estrategia nadie se ha acordado", afirma lacónicamente una delegada socialista.
"El PSC hizo el ridículo subiéndose al carro del derecho a decidir. Ahora no tengo tan claro que nos tengamos que bajar, pero lo que sí tengo claro es que no podemos estar todo el día poniendo palos en las ruedas de la ejecutiva", certifica. Otro apunta: "Sobre todo, no podemos seguir siendo unos irresponsables”.
Acabó el Consell Nacional extraordinario y todos volvieron a sus casas. Pere Navarro ha arrasado con su oposición interna pero en el ambiente se respira ruptura. La mayoría cree que ya es inevitable: "Oído lo que hemos oído, la minoría no dará su brazo a torcer. Los veremos en breve dándose el pico con CDC o con ERC. A la primera, dejarán tirada a la mayoría del PSC". Toda una sentencia, sin duda.