Una alta fuente del PSC me dice que "si ahora hay una escisión en mi partido podríamos perder entre un 20 y un 25% de nuestra actual militancia. En el Parlamento [autonómico] ya se ha dado una muestra parecida. De nuestros veinte diputados, cinco ya han tomado posición en contra de la actual dirección y a favor del 'derecho a decidir'".
La estimación me deja un poco descolocado. Por eso hablo con un destacado representante de los disidentes, que hace un cálculo parecido. Añade: "De hecho ya hemos perdido una cantidad de voto y de militantes muy importantes. Creo que aquella estimación representa una estimación mínima de lo que puede llegar a pasar".
Sorprendido de la gravedad de aquella eventualidad, pido su opinión a un buen cronista parlamentario. También cree que es una estimación un poco baja. Él la sitúa entre un 25 y un 30%. A continuación intento averiguar las posibilidades de que la escisión realmente se produzca. Entonces las respuestas son más inciertas, si bien todo el mundo cree que puede pasar de todo.
Reunión con Navarro
Una de las fuentes me dice que hoy hay una reunión discreta entre Pere Navarro y tres (o cuatro) representantes de los disidentes. Esperan y desean que del encuentro salga un principio de acuerdo, para poder ir algo más tranquilos al Consejo Nacional extraordinario del domingo. Pero no están seguros de nada.
Los disidentes sólo plantean poder continuar defendiendo el derecho a votar a favor del llamado "derecho a decidir". Una fuente de este sector me dice "nosotros queremos sólo tener nuestro rincón, no cambiar ni dominar el partido. Creemos que hay un independentismo enloquecido y que la única manera de quitarle apoyo social es desde dentro de las fuerzas que quieren ejercer aquel derecho, de lo contrario la situación todavía empeorará".
Un colaborador directo de Navarro y, por lo tanto, contrario a aquel pretendido derecho, me dice: "Creo que nunca habrá una consulta. Siendo así las cosas, es absurdo que reclamemos una cosa que nunca se materializará. Además del respeto a la Constitución, hay una razón de realpolitik: reclamaríamos una imposibilidad. Estando en la comisión del derecho a decidir sólo limpiaríamos la cara a Mas y a ERC, sin que esto sea de utilidad. De hecho le daríamos oxígeno a Mas y a ERC".
"Manera asumible"
Esta última fuente cree que "todo acabará como lo hizo el plan Ibarretxe, con la diferencia que Mas no será invitado a dar conferencias a Idaho, como aquel ex lehendakari. Nuestra postura es estar a favor de consulta, pero sólo en el caso de que esta sea negociada con el Gobierno español y autorizada. Sin esta condición, el PSC no entra en un guirigay impresentable, que acabará como el Rosario de la Aurora".
La fuente de los disidentes manifiesta que "si la política catalana continúa yendo como va, habrá elecciones anticipadas, porque CiU y ERC se pelearán. A nosotros tampoco nos interesa un adelanto electoral. En cambio, si estamos en la comisión del derecho a decidir, y este se concreta de una manera asumible, mejoraríamos la posición electoral del PSC, que hoy es crítica".