Política

"En otra época, eran los nacionalistas radicales de Cataluña los que buscaban su inspiración en el País Vasco, en Batasuna y en sus organizaciones afines, y les ofrecían su solidaridad, su apoyo político y hasta respaldo electoral. Ahora se ha invertido el modelo. Los que antes iban de profesores de independentismo son ahora alumnos. Hasta ETA dirige su atención hacia lo que esta ocurriendo en Cataluña"

9 octubre, 2013 09:50

Florencio Domínguez, periodista, este miércoles en La Vanguardia:

"El proceso soberanista catalán se ha convertido en el modelo admirado por el nacionalismo vasco radical. Mientras el PNV observa con cautela y distancia lo que ocurre en Cataluña, la antigua Batasuna lo sigue entusiasmada y con envidia no disimulada. Apenas celebrada la cadena humana del Once de Septiembre bautizada como Via Catalana, la izquierda abertzale ha introducido en su lenguaje el concepto de la vía vasca por puro mimetismo.

En otra época, eran los nacionalistas radicales de Cataluña los que buscaban su inspiración en el País Vasco, en Batasuna y en sus organizaciones afines, y les ofrecían su solidaridad, su apoyo político y hasta respaldo electoral. Ahora se ha invertido el modelo. Los que antes iban de profesores de independentismo son ahora alumnos. Hasta ETA dirige su atención hacia lo que esta ocurriendo en Cataluña. En un boletín enviado a sus presos el pasado mes de julio, la banda terrorista escribía: "Los pasos que se prevén para llevar a cabo un referéndum por el soberanismo en una parte de los territorios catalanes han agitado de forma importante la situación en los últimos meses. El debate que se ha generado, además del escándalo que ha provocado en España, tiene también influencia directa en Europa y en Euskal Herria". Este documento etarra establecía como una línea de trabajo de la izquierda abertzale dar prioridad a las alianzas en Escocia, Flandes y Cataluña.

Tres son los factores que resultan particularmente atractivos para ETA y los partidos de la izquierda abertzale. En primer lugar, la actitud de desafío del nacionalismo catalán frente al Estado, la amenaza de actuar por las bravas, sin ajustarse al marco constitucional. El segundo factor que les interesa es la actuación conjunta del nacionalismo, tanto del que representa al centro derecha, como el que aglutina a la izquierda. En tercer lugar, el conflicto catalán supone para ETA, Sortu y demás siglas la existencia de un problema que debilita al Estado, lo que ofrece posibilidades de abrir otro conflicto en el País Vasco aprovechando la debilidad de las instituciones constitucionales.

[...] El ejemplo catalán, sin embargo, ha tenido un curioso efecto en las bases de la izquierda abertzale. Muchos de sus militantes miran admirados las movilizaciones catalanas y comparan ese activismo independentista con la relativa tranquilidad de la situación en Euskadi. De esa comparación salen abundantes críticas contra los dirigentes de la izquierda abertzale a los que se acusa, sottovoce, de no estar a la altura de los catalanes".