"Todo lo que sea dialogar, con todos, y cuanto más, mejor". Esta es la posición del PSC, después de que, en los últimos días, los socialistas catalanes hayan escenificado un cierto acercamiento hacia el PP, con la pretensión de ganarlos para sus tesis federalistas y de reforma de la Constitución. Un acercamiento que se produce justo después de que PP y Ciudadanos instasen a los partidos que se oponen a la independencia a hacer un frente común, y después de que CiU, ERC, ICV-EUiA y la CUP aprobaran en el Parlamento autonómico su ultimátum al Gobierno respecto al referéndum sin el concurso de los socialistas.

El acercamiento entre socialistas y populares tuvo un gesto externo muy llamativo este viernes, en los pasillos del Parlamento autonómico: los líderes de las dos formaciones, Pere Navarro y Alicia Sánchez-Camacho, se dejaron fotografiar en una breve reunión privada. Un encuentro a la vista de todo el mundo, en que Navarro entregó a Sánchez-Camacho el texto del proyecto del PSOE de reforma federal de la Constitución -la conocida como Declaración de Granada-, y hablaron de ayudar a tender puentes entre los líderes nacionales de PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, y PP, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Previamente, el pasado lunes, el PP había hecho suyo un llamamiento del presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, a formar un frente antiindependentista. Lo hizo por boca de la secretaria general nacional del partido, María Dolores de Cospedal, que pidió un "acuerdo con los partidos no separatistas" para "demostrar y ser firmes en la postura de que no se entiende una España sin Cataluña, o una Cataluña separada y aislada de España y de la UE".

Navarro: "Que no vuelvan a pedirnos unidad"

Paralelamente, el PSC se sintió "traicionado" por los partidos nacionalistas que -como también los socialistas- quieren celebrar una consulta secesionista. Fue después de que CiU, ERC, ICV-EUiA y la CUP aprobaran en el Debate sobre Política General del Parlamento autonómico una resolución que da un ultimátum al Gobierno y al Congreso para negociar un referéndum independentista antes de final de año.

Los socialistas no votaron a favor de esta resolución -pero si a favor del manifiesto impulsado por el ex presidente del Parlamento autonómico Joan Rigol-, y Navarro criticó duramente a sus hasta entonces aliados en el llamado "derecho a decidir". El líder socialista consideró que la votación marcó "un antes y un después", y llegó a decir que "se cargaron esta unidad". "Que no vuelvan a pedirnos unidad", proclamó.

Este alejamiento del PSC respecto a los partidos nacionalistas, que coincide con el acercamiento al PP, es perfectamente deseado por los socialistas, según se han encargado de dejar claro este lunes.

"Tenemos claro también que el PP es en estos momentos un partido que tiene la mayoría absoluta en el Gobierno y tenemos que hablar", ha dicho la secretaria de Política Europea del partido, Esther Niubó, actuando como portavoz socialista, en rueda de prensa después de la ejecutiva del PSC.

La dirigente socialista ha matizado que "nuestras posiciones son totalmente diferentes en estos momentos", pero también ha dejado claro que el PP es necesario para el proyecto del PSC de "reforma en profundidad de la Constitución para buscar un mejor encaje de Cataluña con España", porque "sin ellos, sería bastante difícil", y hay "una minoría" en el PP que vería con buenos ojos esta reforma:

"Nosotros no entraremos en temas de ultimátum ni de fechas, porque creemos que es contraproducente para el proceso y para el debate. Todo lo que sea dialogar, con todos, y cuanto más, mejor".

Millo: "Todo se puede hablar dentro de la legalidad"

Las reacciones a los últimos gestos de acercamiento al PP del PSC no se han hecho esperar. Desde el propio PP catalán, su portavoz en el Parlamento autonómico, Enric Millo, ha celebrado la actitud de los socialistas catalanes, contraponiéndola al "bloqueo" de otras formaciones que "siguen la hoja de ruta" de ERC. "Todo se puede hablar dentro de la legalidad", ha proclamado.

Más crítico ha sido el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, que ha pedido concreción al PSC -y también a UDC, que apuesta igualmente por una tercera vía entre la independencia y el statu quo-, y que dejen claro si están al lado "de ERC y de Convergència" y si "quieren separarnos", o si prefieren buscar "una mayoría diferente en un futuro". "Se les ha acabado el tiempo de la ambigüedad", ha asegurado.

La reacción ha sido muy diferente desde algunos de los partidos que votaron el viernes a favor del ultimátum al Gobierno y al Congreso. El secretario de organización de CDC, Josep Rull, ha lamentado el acercamiento de los socialistas al PP, porque, según ha opinado, "el elemento nuclear de la política catalana es que los catalanes queremos votar, y el PP dice que los catalanes no podemos votar". "Haremos todo lo posible para que el PSC no se descuelgue de este proceso", ha asegurado.

En una línea parecida -pero aun más crítica- se ha manifestado ICV-EUiA. El secretario general de ICV, Josep Vendrell, ha afirmado que "el PSC retóricamente está a favor del derecho a decidir", pero que se descuelga de él cada vez que "hay un avance concreto".

Desde la CUP, finalmente, el diputado Quim Arrufat ha dicho que seguir por "la vía de la dilación del proceso" y no concretar "de una vez por todas" la fecha y la pregunta del referéndum por la independencia, como cree que está haciendo el PSC, es un "fraude democrático".