El Rey de España, Juan Carlos I, volverá a someterse a una operación quirúrgica en los próximos días. Concretamente, para cambiarle la prótesis de cadera que le implantaron después de su polémico accidente del mes de abril, durante una cacería de elefantes.
Así lo ha anunciado este viernes en Madrid el jefe de la Casa Real, Rafael Spottorno, quien ha querido disipar los rumores aparecidos en las últimas horas asegurando que el monarca no se ha planteado abdicar en ningún momento.
En una rueda de prensa en La Zarzuela que ha despertado gran expectación, Spottorno ha explicado que los médicos han localizado un foco infeccioso en la zona afectada por la lesión del Rey, que dificulta su movilidad y ha causado un "retroceso en su proceso de recuperación", además de causarle dolores.
En sus últimas apariciones públicas, Juan Carlos I ha mostrado evidentes problemas de movimiento, así como de concentración. Algo que, unido a la edad del monarca, 75 años, y al hecho de que se ha sometido a cuatro intervenciones quirúrgicas en los últimos 17 meses, había disparado los rumores sobre una posible abdicación, o una inhabilitación por parte de las Cortes. Unos supuestos que la Casa Real ha desmentido por completo.
El Rey no delega "ni en el príncipe"
"Don Juan Carlos no se ha planteado en ningún momento la abdicación", ha dicho rotundamente Spottorno. El jefe de la Casa Real también ha descartado por completo que el monarca pueda delegar funciones en su heredero, porque "el Rey es el jefe del Estado y sus funciones no son delegables, ni en el príncipe".
No obstante, Spottorno ha reconocido que, mientras se mantenga el actual estado de salud de Juan Carlos I, el príncipe puede realizar "nuevas actividades en representación del Rey". Puntualizando que el príncipe Felipe "nunca" actuará "en sustitución de actividades reales" propias del Rey.
Juan Carlos I se rompió la cadera en abril al sufrir una caída durante una cacería de elefantes en Botsuana. Un accidente que levantó una fuerte polvareda mediática y criticas desde parte de la opinión pública y los medios de comunicación, por el hecho de que la cacería se produjo en un contexto de crisis y de recortes presupuestarios, y porque el viaje del monarca a África trascendió solo tras el accidente.