El ciclo económico en Europa apunta hacia una nueva etapa de recesión. El consenso entre los especialistas es que no será tan acusada como la doble crisis de la década precedente, pero el crecimiento se ralentizará con los consiguientes efectos negativos para unas sociedades que aún se recuperan de los últimos estragos del pasado. España resiste por ahora las turbulencias mejor que sus vecinos y no se espera que la tendencia cambie a corto plazo a pesar del largo periodo electoral en el que estamos inmersos, aunque persisten algunas incertidumbres.
En este escenario ha irrumpido China con todo su poder. Económico, evidentemente. El gigante asiático cuenta con una cartera bien nutrida, tiene unos objetivos claros --sólo hace falta ver cómo ha tomado posiciones en puertos comerciales de medio mundo, desde Barcelona al Pireo o Colombo-- y el líder del país, Xi Jinping, se ha sentado este martes con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, para hacerlos realidad. Traía el proyecto de la nueva Ruta de la Seda bajo el brazo, que se podría simplificar como el refuerzo de una línea comercial internacional mediante la construcción de macroinfraestructuras que faciliten la movilidad de las mercancías que salen de su país y que les haría más ricos si se llegara a construir. Para Europa es un caramelo muy goloso. La inyección de capital asiático mitigaría los efectos de esta desaceleración. Italia lo sabe y ha sido la primera en anunciar acuerdos “programáticos” con China. También es el primer país comunitario que ha vuelto a entrar en recesión desde el punto de vista técnico.
La oferta económica llega en un momento de gran desasosiego por el caos en que se ha convertido el Brexit. ¿Acabará Gran Bretaña de nuevo con fronteras? En este momento, es una opción tan viable como que se repitan las elecciones europeas. El resto de la UE ya se prepara por si se llega a implantar esta hipotética barrera comercial. Este escenario añadiría complejidad a la ruta de mercancías por esta parte del mundo y facilita otra alternativa... la oriental.
Xi se acerca a los 28 en un momento de aguas revueltas y en plena batalla comercial con EEUU. “China ha entendido la debilidad de Europa y las divisiones entre países del Este, del Sur y del Norte, e intenta sacar tajada”, indica a la agencia EFE el sinólogo y experto del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS), Jean-Philippe Béja.
Por el momento, en el capítulo tecnológico no lo ha conseguido. La UE apuesta por desplegar la red 5G con la atención necesaria para blindarla de las injerencias de terceros. Es decir, del Gobierno chino a través de la compañía Huawei. Responde de esta forma al debate sobre la seguridad de la nueva red de telecomunicaciones que se mantuvo en el Mobile World Congress (MWC) de Barcelona.
Los cambios están a la vuelta de la esquina, y en nuestro país los esperamos inmersos en un proceso electoral que parece no tener fin y que no llegará a la ansiada estabilidad, cuestión que sí nos acerca al resto de los 28. China lo aprovecha para pasear la cartera y recordar su músculo inversor. ¿Quién puede hacerle sombra?