Mediterráneo, tanto la canción como el disco al que da nombre, es desde hace mucho tiempo una referencia para varias generaciones. En 1971, el año de publicación del LP, el país vivía el final del franquismo, una etapa de esperanzas llena de creatividad.

El canto al Mediterráneo, el mismo que baña Barcelona, Algeciras y Estambul, es un poema al mar que une a los pueblos, contrariamente a lo que hacen las montañas, que tienden a separarlos.

Fiel a ese espíritu, Joan Manuel Serrat lo reivindicó y lo esgrimió contra la política de refugiados de la Unión Europea hace apenas tres años. Grabó una nueva versión junto a una veintena de artistas al amparo de la fundación Casa nostra, casa vostra para levantar la voz frente a las fronteras.

Y, ahora, en estos momentos tan absurdamente complicados para Cataluña vuelve a referirse al mar donde todo empieza y todo acaba al iniciar una gira --Mediterráneo da capo, algo así como Mediterráneo y vuelta al principio-- que tiene como base aquel disco, aquel sentimiento de pertenencia y de hermandad. Y aquel concepto de país.

Es un personaje popular y valiente, que no se muerde la lengua y que no dice tonterías: ni de los independentistas, ni de Tabarnia

La presentación de Mediterráneo da capo ayer en Madrid se convirtió casi en un acto político por la avidez periodística ante un personaje popular y valiente que no se muerde la lengua y que no dice tonterías: ni de los independentistas, ni de Tabarnia. Tampoco insulta, como tantos otros hacen con él. Es un ejemplo, y algunos no se lo perdonan.

El mes pasado, los más hiperventilados del soberanismo trataron de boicotear un capítulo del Sense ficció de TV3 dedicado a su infancia y adolescencia. El programa, que tuvo una edición incalificable por tendenciosa, cosechó un 15,4% de cuota de pantalla, lo que demuestra que hay muchos catalanes que están con él.

El LP Mediterráneo incluye un tema titulado Pueblo blanco inspirado en las vacaciones que había pasado de niño en Aragón, de donde era su madre. Es una canción que evoca la lenta agonía de los habitantes de una tierra pobre y reseca a los que regala un poco de esperanza animándoles a viajar a su Mediterráneo: "Tal vez mañana sonría la fortuna / y si te toca llorar / es mejor frente al mar".

Gràcies, nano!