Ciudadanos con mascarilla
La “peor gripe” llega con una vacuna desfasada
"El civismo y el sentido común deben intervenir en esta ecuación para evitar escenas que, no por lejanas, hemos querido olvidar"
Cataluña, España, Europa sufren la “peor epidemia de gripe” de los últimos 15 años. Es decir, hubo tiempos igual de malos o peores que el presente, pero ya sabemos que nos gusta comparar para dar mayor relevancia a cualquier dato. ¡Viva el catastrofismo!
Los entendidos se apoyan en las estadísticas para argumentar que, en efecto, estamos ante “la peor epidemia de gripe” de los últimos años, dado que los contagios están disparados, en especial entre todos los grupos menores de 45 años. Y hay más hospitalizados.
Sin embargo, coinciden también en que la cepa K de la H3N2 no es necesariamente más fastidiosa ni peligrosa que la gripe de temporadas anteriores. Sea como sea, esta epidemia ha llegado con fuerza, antes de tiempo… y por sorpresa.
Se esperaba la llegada de la gripe, sí, y, por eso, la Generalitat preparó un exitoso plan de vacunación sin precedentes, sin cita, para facilitar las inoculaciones y aumentar la inmunidad, pese a las protestas de los trabajadores sanitarios por el pico de trabajo. Ello ha ayudado a contener el virus en sus estadios tempranos.
La sorpresa ha saltado con las rápidas y muchas mutaciones de la gripe, para las que no estábamos preparados. No existe vacuna para la cepa K. Las dosis que se están inoculando llevan la fórmula de influenzas anteriores, las que se esperaban. Y ahora, ¿qué?
Los mismos especialistas dicen dos cosas. La primera, que hay que vacunarse de todos modos; la segunda, relacionada con esta, es que la vacunación, aunque sea con una fórmula menos efectiva, sí reduce posibles complicaciones en caso de contagio.
Hasta la fecha, en Cataluña, dos de cada tres mayores de 80 años ya se han vacunado, así como la mitad de los septuagenarios. En los menores de cinco años, el porcentaje llega al 38. Son los llamados colectivos de riesgo.
Pero, si bien los casos se han disparado entre menores, también lo han hecho en la población de 15 a 44 años, que no se halla en la franja de vacunación sugerida.
En este escenario, Cataluña se anticipa y recupera las mascarillas en centros de salud y residencias, como avanzó este medio. Pero el civismo y el sentido común deben intervenir en esta ecuación para evitar escenas que, no por lejanas, hemos querido olvidar.