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El Orient Express

El Orient Express

Zona Franca

El Orient Express nunca pasó por Barcelona

"Un aplauso para los emprendedores, en un momento en el que el empresario está tan mal visto por una porción de la sociedad"

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El mítico Orient Express, el tren de lujo que unía París con Estambul, nunca pasó por Barcelona, pero inspiró a un emprendedor para abrir una original coctelería con ese nombre en el Eixample barcelonés.

Hasta ahora. Tras unos años de éxito, la coctelería acaba de cambiar de nombre, como explica Crónica Global en la edición de este miércoles. ¿La razón? El dueño de la marca Orient Express, el grupo Belmond, así lo ha exigido.

El bar no es competencia. No hay mala fe en el uso de la denominación. La coctelería es un éxito –motivo por el que su existencia ha llegado a oídos de Belmond–. Pero no es del agrado de la propiedad de la marca. Así funciona. En lugar de sumarlo a su porfolio, lo pisa.

Pero no hay que ponerse catastrofista. Es bueno hacer de la necesidad, virtud. La coctelería ha cambiado el nombre, mantendrá la clientela y ha aprovechado para ofrecer un servicio renovado y mejor. Es un buen ejemplo de cómo afrontar los obstáculos de la vida.

Más espacio. Más trenes. Más destinos. Aquellos que nunca alcanzó el Orient Express, pero que sí servirán cócteles en Barcelona. Un aplauso para los emprendedores, en un momento en el que el empresario está tan mal visto por una porción de la sociedad.

Lo destacó anoche el presidente de Foment, Josep Sánchez Llibre, en un discurso muy potente en defensa de la actividad empresarial, que se encuentra bajo “sospecha sistémica e injusta”, en sus palabras, durante la entrega de premios Ferrer Salat.

Una llamada a facilitar la vida del empresario, del valiente que arriesga su dinero, algo tan importante en este mundo capitalista en el que vivimos. Dejen de poner palos en las ruedas a todos los niveles. Porque este resiste, pero otro Orient Express descarrilará.