La OPA hostil de BBVA sobre el Sabadell se encamina hacia su desenlace. El lunes arrancó el período de canje de los títulos, después de que la pasada semana la Comisión de Valores diera su visto bueno al folleto de la operación. Los accionistas del Sabadell disponen de 30 días de plazo para estudiar si acuden o no a la oferta de intercambio de papelillos más algo de dinero en efectivo, formulada por el coloso vasco.

Si aceptan el trueque, perderán de golpe alrededor del 9% de lo que podrían obtener por la venta directa en bolsa. Además, la dirección del Sabadell ha prometido que repartirá a sus socios 6.300 millones en dividendos y recompra de acciones hasta finales del año próximo. El BBVA brinda bastante menos por tales conceptos.

En resumen, el negocio para los dueños de la institución vallesana no puede ser más lesivo. El consejo de administración, presidido por el veterano José Oliu, ya se ha pronunciado para rechazarla de plano porque subestima el enorme potencial de beneficios que encierra el Sabadell.

El BBVA lanzó su OPA hace 16 meses. Durante este largo intervalo las acciones del Sabadell se han revalorizado más que las de su aspirante a dominarlo. En consecuencia, el trasiego está hoy completamente desfasado.

Pero BBVA no ceja en su empeño. Y ha puesto en marcha toda su maquinaria propagandística. El factótum Carlos Torres se ha prodigado en entrevistas con un sinfín de medios, y ha aseverado, entre otras lindezas, que la desaparición del Sabadell será provechosa para Cataluña.

Ha inundado los medios de comunicación con anuncios, prepara actos a mansalva y planea remitir cartas a los socios del Sabadell para venderles las bondades de una integración que en realidad es una tomadura de pelo. El dispendio previsto en labores publicitarias asciende a varias decenas de millones, un derroche destinado a maquillar la pobreza de la intentona.

La tramitación ha quemado etapas, ha pasado por la criba de Competencia y el Gobierno le ha impuesto severas condiciones. Torres no se ha amilanado y ha decidido seguir adelante cueste lo que cueste. Su empecinamiento se asemeja a una huida hacia adelante, porque si fracasa, su dorada poltrona devendría muy inestable.

Los términos económicos de la OPA se enfrentan a un previsible rechazo generalizado por parte de los propietarios. Más le valdría al mandamás de la casa bilbaína mejorarla y tasar al Sabadell como se merece. Durante la fase de canje dispone de tiempo para hacerlo.

Conviene recordar que no es la primera vez que el titán norteño actúa con ansias depredadoras por nuestros meridianos. Durante la brutal crisis financiera surgida en 2008, aprovechó la oportunidad para engullir a precio de derribo seis de las diez cajas de ahorros existentes. En dos sucesivas tandas, absorbió Unnim Banc, agrupación de Caixa Sabadell, Terrassa y Manlleu, así como Catalunya Banc, conglomerado de Caixa Catalunya, Tarragona y Manresa.

Ahora trata de repetir la jugada con el Sabadell, entidad saneada, rentable y con un futuro prometedor. Una vez más, BBVA intenta expandirse mediante el asalto a sus rivales pagando una miseria.