Durante años hemos idealizado la sanidad como un espacio intocable. Un mundo guiado por la vocación, el juramento hipocrático y la entrega de médicos y enfermeros. Pero basta con mirar un poco más allá de las batas blancas para ver que también hay otra realidad: la del dinero, los intereses y la opacidad.
En la sanidad catalana no todo es abnegación. También hay oficinas bien alfombradas donde se firman contratos millonarios, concursos públicos difíciles de seguir y fundaciones que gestionan presupuestos que ya quisieran muchos ministerios.
Esta semana lo hemos vuelto a ver: el conseller y guante de seda Ramon Espadaler ha intervenido con destacable firmeza dos fundaciones científicas de renombre, Cellex y Mir Puig, por hipotéticos delitos de administración desleal y apropiación indebida. Herencias, albaceas, presión tributaria, residencias fiscales en Suiza, ricos que confunden filantropía y caridad cristiana que higieniza conciencias… todos los argumentos existen en esta historia para que Netflix u otra plataforma prepare el guión de una serie de intriga.
Los Mossos d'Esquadra detuvieron a tres figuras clave, entre ellas el oncólogo Josep Tabernero, director del Vall d’Hebron Instituto de Oncología, una referencia internacional. La conmoción es comprensible.
La noticia, que adelantó en exclusiva Crónica Global, ha sacudido el sector. Pero no es la primera vez que la sanidad catalana salta a los titulares por algo más que logros médicos.
Recordemos el caso Innova, las adjudicaciones turbias en oxigenoterapia, los líos con ambulancias, o las maniobras poco transparentes en el Colegio de Médicos de Barcelona. Casos donde, lejos de curar, algunos se han dedicado a inflar presupuestos o mover fondos con una habilidad digna de cirugía financiera.
La sanidad catalana está llena de profesionales brillantes. Pero también de quienes han visto en la enfermedad ajena una vía rápida para prosperar.
Y cada vez que lo olvidamos, salta otro escándalo que nos lo recuerda. Espadaler ha dado un puñetazo en la mesa. Veremos si es el principio de algo o solo otro episodio en esta larga historia de “malas praxis” económicas.