Hace un par de meses conocimos los planes del nuevo Govern de Salvador Illa en relación a la lengua para esta legislatura.
Un documento de la Consejería de Política Lingüística, presidida por el nacionalista Francesc Xavier Vila, instaba a los catalanes castellanohablantes a que, “superando la comodidad del monolingüismo, refuercen su solidaridad y su apertura de miras respecto al catalán”. Es decir, que dejen de hablar español.
Este jueves se ha hecho público un sondeo del Centro de Estudios de la Generalitat (CEO) –Encuesta Sociopolítica 2024-2– en el que uno de los seis temas analizados es la lengua.
Y el enfoque no podía ser más sesgado: 22 preguntas sobre el tema (cuál es la situación del catalán, cómo ve el futuro, qué lengua usa cuando le hablan en castellano/catalán, si se cambia de lengua para evitar problemas, si es de buena educación cambiar de lengua, en qué lengua le atienden en los comercios…), pero ni una sola sobre la inmersión.
¿Por qué no preguntan a los catalanes si prefieren un modelo escolar público en el que todas las asignaturas no lingüísticas se impartan exclusivamente en catalán (como ocurre ahora, salvo para los niños cuyos padres acuden a los tribunales), en catalán y castellano (en porcentajes equilibrados o razonables), o exclusivamente en español?
¿Acaso tiene miedo el Eejecutivo autonómico de la respuesta? ¿Teme la Generalitat que haya un porcentaje importante de la población que reclame un modelo bilingüe en español y catalán (o trilingüe, con el inglés), como disfrutan los hijos de los políticos nacionalistas?
No, el Govern ha preferido sondear a los ciudadanos por su percepción de la realidad para llegar a una conclusión, que es la que han comprado la mayoría de los medios nacionalistas: el 40% de los catalanes cree que el catalán está amenazado y en riesgo de desaparecer.
Ahora, la Consejería de Política Lingüística tiene una coartada para seguir discriminando a los catalanes castellanohablantes. A pesar de que jamás en la historia ha habido tanta gente que sepa y hable catalán como en la actualidad, el Govern de Illa apelará a que la lengua catalana está en peligro para continuar con las mismas políticas que han hecho los gobiernos anteriores. Es decir, maltratar, pisotear y despreciar a los catalanes cuya lengua propia es el español. Que, además, son mayoría.