El independentismo nunca muere. No lo hace (ni lo hará) en la sociedad porque cada cual tiene sus ideas, pero tampoco en las instituciones a pesar de la notable pérdida de apoyos de las opciones políticas que defienden la secesión (aunque, en el fondo, no la quieran). El sistema les favorece.

La última muestra es la composición de la Mesa del Parlament, de nuevo en manos indepes tras el pacto de Junts, ERC y la CUP. Illa (PSC), ganador de las elecciones catalanas, los considera “minoría de bloqueo”, aunque paradójicamente espera convencer a los republicanos para su Govern. Minoría, sí, pero suman, algo que él es incapaz de lograr con otros partidos. Su investidura ya no está tan clara como el 12M. ¿Repetición electoral?

Ahora, la buena noticia del día: la ciencia avanza al margen de quienes mueven los hilos del mundo y se prepara para combatir uno de los grandes problemas que se nos vienen encima: la resistencia a los antibióticos. Como no tenemos filtro ni mesura, nos atiborramos de ellos, y los microorganismos cada vez los toleran más. Pero la investigación, por fortuna, funciona.

Otra buena noticia: estos avances tienen alma española (la mala es que se producen en EEUU, en la Universidad de Pensilvania; el día que se preste atención a lo que importa, que se invierta donde se tiene que invertir, España recuperará su lugar en el mundo) gracias al biotecnólogo César de la Fuente. Este profesional, desde hace décadas se apoya en la tecnología para buscar nuevos antibióticos que salven vidas.

Con la ayuda de la inteligencia artificial y el aprendizaje profundo (deep learning), De la Fuente ha encontrado moléculas a las que los microorganismos no han aprendido aún a sobrevivir. Las ha descubierto en neandertales y denisovanos y, ahora, en el mamut. “Las bacterias patógenas contemporáneas jamás” han coincidido con aquellas, “y lo más probable es que no tengan mecanismos de resistencia”, explica.

Por lo tanto, estos avances demuestran muchas cosas, como que este país sigue lleno de talento, y también que la observación, las ganas de progresar, la inversión en investigación y la atención a la educación, la cultura y la sanidad son esenciales para evolucionar.

Justo lo contrario de lo que plantean los independentistas, pues con ellos en el poder se ha retrocedido en cultura, sanidad y educación, aunque tampoco podemos celebrar que en el conjunto de España, en Europa y en el mundo las políticas en estos aspectos hayan sido mucho mejores. Los extintos mamuts marcan el camino, y no la infame amnistía.