Y por volver me refiero a tener presencia estable todo el año en Barcelona, y no solo intermitente como hasta hace unos meses. Norwegian Air Shuttle ha anunciado que cuenta con nueva agencia de comunicación y que está de vuelta. De hecho, jamás llegó a irse, aunque su operativa tuvo que reducirse a extremos tan raquíticos por motivos financieros que la operadora era una mera sombra de lo que llegó a ser.
En paralelo y sin tantas alharacas, Level anunció también ayer que reabre su ruta aérea a Miami, y que la conexión intercontinental sin escalas a bajo coste inyectará unos 50 millones en la economía local. Con este enlace, la operadora antaño adscrita a Iberia y que ahora contará con AOC (certificado) propio presume de cinco vuelos a Estados Unidos: Los Angeles, Boston, San Francisco, Nueva York y la urbe más poblada del estado de Florida.
Una y otra novedad difieren --por ahora, y a la espera de lo que anuncie Norwegian-- en la factualidad de los hechos. La aerolínea noruega se ha concentrado en su mercado natural, Escandinavia, mientras que Level ha hecho lo propio. Ambas han dejado de competir, como hicieron en el pasado.
Por el camino han quedado otros anuncios con incluso menos sustancia, como el que hizo Flyr, que tanteó volar a Barcelona, pero jamás se sustanció. Por su parte, otra nueva Norwegian, Norse Atlantic, ha dado la espalda a la capital catalana, aunque no a Berlín.
Fue justo 12 meses atrás que Norwegian anunció --hechos-- que reabriría la base de Barcelona, como explicamos aquí. Ahora, la ha hecho fija: opera todo el año. Fue una buena nueva que, ahora, podría venir acompañada de más.
Pero Barcelona empieza a atesorar tanta experiencia con Norwegian que se impone la prudencia. Por lo pronto, dos aerolíneas del grupo IAG son líderes incontestables en sus respectivos segmentos: Vueling en el corto radio y Level en el largo. Y, además, el ex-CEO de la primera operadora Marco Sansavini ha tomado ahora los mandos de Iberia, en una muestra de talento intragrupo.
Si Norwegian vuelve o no, pronto lo veremos. El aeropuerto de El Prat ha visto demasiados anuncios de rutas que no se han terminado concretando, y/o proclamas de conversión en hub que no cobraban forma de ningún tipo. Por ello, antes de decir si alguien regresa o no, creo que se impone la prudencia.