Ya tenemos proyecto de Presupuestos de la Generalitat para este año. No está mal, solo estamos en marzo. Parece que lo habitual es vivir en la interinidad permanente.

Pero más triste que el retraso (ya digo, una costumbre en Cataluña) es que el acuerdo entre ERC y el PSC es, por decirlo suavemente, decepcionante.

Y es que las cuentas avaladas por los socialistas catalanes recuperan el tradicional victimismo del nacionalismo, el miserable lema del “España nos roba”.

Basta con echar un vistazo al PDF del proyecto de cuentas autonómicas que ha presentado la Generalitat para echarse las manos a la cabeza.

Concretamente, en la página 25, vuelven con la matraca del supuesto “déficit fiscal” que sufre Cataluña.

Según las cuentas del Govern, Cataluña padeció entre 1986 y 2021 un déficit fiscal anual del 8,1% del PIB como media. Y habla del 9,6% del PIB en 2021 (el último dato disponible), lo que supondría 21.982 millones de euros. Ya tenemos la cifra mágica del robo.

Por supuesto, en letra microscópica se indica que ese cálculo se ha realizado por el método del flujo monetario. Y se olvidan añadir que, además, se ha neutralizado.

Lo que tampoco explican es que ese cálculo es tramposo, sesgado y tendencioso, y que solo lo defienden los economistas nacionalistas.

El método más solvente es el de carga-beneficio, que también considera como gasto realizado para todas las CCAA la parte proporcional de aquel relativo a servicios que benefician a todo el país (como Defensa, Hacienda, acción exterior, fronteras, algunas infraestructuras, etcétera) independientemente de dónde se hayan efectuado.

Además, la neutralización es un ardid contable incoherente, que consiste en atribuir a las CCAA el déficit en el que incurre la Administración General del Estado, pese a que no es real.

Si en vez de aplicar el método del flujo monetario neutralizado, se utilizase el de la carga-beneficio sin neutralizar, no solo Cataluña no tendría déficit fiscal (o este sería inaceptablemente bajo para ser una de las CCAA más ricas), sino que algunos años tendría superávit fiscal. 

Pero lo sorprendente no es que los nacionalistas de ERC retomen la matraca del déficit fiscal manipulado (recuerden la famosa imagen del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, cuando era el jefe de las juventudes de su partido, mostrando un cartel que decía “Cada segundo España nos roba 450 euros, basta de expolio fiscal”), sino que el PSC lo avale.

Madre mía, Salvador. Qué decepción. Le recomiendo la lectura de un libro de otro socialista catalán, Josep Borrell, que tal vez le ayude a abrir los ojos: Las cuentas y los cuentos de la independencia (2015). Es cortito. Se lee en una tarde.