Al Gobierno de Sánchez se le podrá criticar muchas cosas, pero en lo que es un verdadero campeón es en la capacidad que tiene para sorprender a los ciudadanos una y otra vez sin siquiera sonrojarse.
Y es que, cuando parece que ya no le quedan líneas rojas que sobrepasar, siempre va más allá en la humillación y vejación de los contribuyentes.
Pasó con los indultos a los condenados por el procés (que prometieron que jamás otorgarían) y ahora sigue con la amnistía para los mismos (que los ministros aseguraban hace apenas seis meses que era inconstitucional).
El último de los episodios insólitos lo ha protagonizado Bolaños. Primero prometió que “el terrorismo” era “una línea roja” que quedaba fuera de la ley de amnistía.
Luego matizó que lo que se exceptuaba no era todo tipo de terrorismo, sino solo aquel que “de forma manifiesta y con intención directa, hayan causado violaciones graves de derechos humanos”, con el claro objetivo de incluir en el borrado de los delitos a todos los encausados por el intento violento de secesión unilateral.
Y ahora, al ver que la justicia entiende que los atentados realizados por Tsunami Democràtic podrían incluirse en esa excepción, ha puesto el grito en el cielo.
El ministro de Presidencia ha saltado como un resorte a decir que la que liaron los indepes no es para tanto. "Seamos serios, ¿alguien piensa que es comparable el procés con el terrorismo sufrido durante décadas?", ha excretado.
Hombre, lo mismo que ETA no es, la verdad, pero sí que es bastante parecido al golpe de Estado de Tejero, por ejemplo.
Lo cierto es que es nauseabundo ver a un Gobierno socialista defender a unos presuntos terroristas rebajando sus actuaciones. Terrorismito, parecen querer decir. Como cuando hablan de penaltito en el fútbol. O quizás, terrorismo asimétrico sería lo más apropiado para los federalistas asimétricos (un oxímoron en toda regla).
Por suerte, todavía quedan algunos jueces con dignidad que se han convertido en la última esperanza para el Estado de derecho, la convivencia y el sentido común.
Ya veremos hasta dónde son capaces de combatir la infamia.