¡Vaya, vaya! ¡Hay que ver cómo se las gastan los únicos garantes de la democracia y la libertad de expresión que habitan sobre la faz de la tierra cuando nadie los mira! Podríamos decir que, a estas alturas, no sorprenden las formas despóticas de los inseparables Francesc de Dalmases y Laura Borràs, pero sería normalizar las situaciones que protagonizan. Por lo tanto, nos haremos los asombrados, ya no solo por lo que vamos conociendo de la manera de actuar de esta pareja de villanos de cine, sino porque ni dimiten ni los echan por sus actos.
Hemos tardado unos 10 días en conocer que De Dalmases, el hombre de cabello castaño y patilla cana, abroncó de forma muy fea a una periodista del ya desaparecido Preguntes freqüents (FAQS), de TV3, por las preguntas que se le hicieron en el plató a su querida Borràs relativas a la causa en la que se la investiga por corrupción. Según han destapado Sara González en Nació Digital y Arturo Puente en Eldiario.es, el diputado de Junts cogió de la muñeca a la reportera, la metió en un camerino y, allí, nuestro Will Smith patrio (sin llegar a las manos) le pegó varios gritos y la despreció mientras daba golpes a una pared o a una mesa. Vamos, que su actitud encaja a la perfección con la de matón (persona jactanciosa y pendenciera que procura intimidar a los demás) y con la de pinxo, el equivalente en catalán (hombre que hace gala de ser valiente, que trata de imponerse por su valentía, infundiendo miedo). Sus disculpas con la boca pequeña no son tales.
¿Por qué se ha tardado tanto en destapar este episodio, a pesar de que los gritos se escucharon hasta en el plató? Por varios motivos. Primero, por el miedo a hablar de los allí presentes, que temían “no volver a trabajar” si contaban lo sucedido –infundir terror no es precisamente una práctica muy democrática–. Segundo, porque el director de FAQS, Pere Mas, trató de quitarle hierro al asunto con tal de, según él, proteger a la víctima, aunque ha recapacitado y, tal vez presionado por las informaciones, ha reculado y ha confirmado los hechos, dejando solo al Quijote Dalmases en su defensa de Dulcinea Borràs. Y tercero, por el silencio de TV3 hasta que ha estallado el caso; ahora ha abierto una investigación.
A ver, digamos que la nostra tiene un proceder peculiar cuando se trata de hablar de amenazas y agresiones a periodistas. De hecho, no dedicó ni cinco segundos a explicar el cobarde ataque de Arran a la redacción de este medio en 2018, pero es que también diluyó un poco la causa del encarcelamiento del ¿rapero? Pablo Hasél: la agresión a una periodista de la cadena pública, aunque es cierto que presentó la denuncia pertinente y ello permitió arrestar al irreverente reprimido. De todos modos, no quisiera desviarme del asunto central. Al parecer, no es la primera vez que De Dalmases se comporta de este modo cuando incomodan a Borràs. Otro periodista ha denunciado intimidaciones y faltas de respeto sistemáticas tras una entrevista anterior a la molt honorable.
Pero es que De Dalmases no es el único pinxo dentro de Junts. Laura Borràs tampoco se queda corta y estos días ha amenazado con llevar a los tribunales al académico Jordi Llovet, que fue su jefe en la UB, por destapar en un post de Facebook la ambición de la presidenta presuntamente inocente y cuestionar su trayectoria académica. Explicaba, antes de borrarlo por las presiones, que Borràs incluso fue acompañada de un séquito de fanáticos –que abuchearon al tribunal– a la presentación de un proyecto para ganarse una plaza como profesora titular. Ni siquiera advirtió a Llovet en persona; lo hizo a través de la hermana de este. Mas qué podemos esperar de alguien que distorsiona la realidad para presentarse como víctima de un robo en casa planificado posiblemente en las cloacas del Estado. Si es que Dios los cría y ellos se juntan.