Robert K Merton acuñó en 1968 el término efecto Mateo, el fenómeno que determina que los ricos son más ricos porque cada vez acumulan más bienes o cuentan con mayor fama y los pobres son cada vez más pobres. Se usa tanto en la economía como en la psicología o en la educación y ha tomado relevancia en España tras el anuncio de los principales sindicatos que dan el disparo de salida a un calendario de protestas que irán in crescendo hasta el 8 de marzo, el día internacional de la mujer, para exigir la derogación de la Reforma Laboral.
Más allá de aprovechar una jornada reivindicativa en la que en 2018 tuvieron poco protagonismo --convocaron un paro de dos horas y se desmarcaron de la huelga general feminista, algo que se intenta superar incluso de forma simbólica con la bufanda morada que luce en todas sus comparecencias públicas Pepe Álvarez--, CCOO y UGT dan un golpe sobre la mesa para acabar con los “salarios de miseria” en el país, tal y como reivindicó Unai Sordo, secretario general del primero.
Todo ello, en el inicio de un ejercicio en que se prevé que las retribuciones medias en España suban un 2%, tal y como indica el último informe de previsiones de la empresa de trabajo temporal Adecco. El documento apunta que las mejoras se concentrarán en hacer cumplir el nuevo Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y que los ejecutivos son más prudentes ante las incertidumbre económicas globales. Las nubes negras que incidirán en la desaceleración económica a partir de la segunda mitad del año, según los expertos.
Los sindicatos alertan de que una nueva crisis daría la puntilla a una clase media y trabajadora que aún no se ha recuperado de los efectos de la recesión anterior. Señalan que no hay más margen para aplicar otros ajustes de costes laborales que aporten oxígeno a las compañía que pasan por momentos difíciles --o maximicen sus beneficios, algo tan común como la primera casuística-- y alertan de los actuales niveles de precariedad.
En contrapartida, la patronal blinda la Reforma Laboral. Asegura que ha sido clave para disparar la competitividad del país y que se deben proteger las partes que han sido básicas para aportar flexibilidad al mercado de trabajo y facilitar la creación de empleo. Se muestran partidarios de replantear algunos conceptos y aceptan que los salarios bajos representan un problema, pero piden que no se apliquen medidas drásticas que aún compliquen más el escenario poco optimista para sus negocios.
Explorar los puntos de acuerdo entre ambas posiciones debería ser capital por el contexto social y económico del momento. De entrada, los acuerdos siempre son más valientes en un escenario positivo como el actual. El problema es que el enroque de las posiciones lleva a un callejón sin salida y a reforzar este efecto Mateo que sale a la luz en ciertos discursos. Y CEOE ya se ha levantado de la última reunión que se celebró de la mesa de negociación colectiva que abordaba, precisamente, los cambios que se quieren aplicar en la Reforma Laboral ante la falta de diálogo.
Este escenario sólo alimenta las visiones más radicales. Una situación poco esperanzadora en una España donde la extrema derecha de Vox acaba de lanzar su órdago para facilitar el Gobierno de PP y Cs en Andalucía tras conseguir 12 representantes en el Parlamento autonómico.