Pasaba mucho tiempo sin que tuviéramos noticias de Abertis, la empresa del Ibex 35 más golosa para los inversores seguros. Y mientras esperábamos a que pasara el rato, los italianos de Atlantia se han animado a proponer una oferta por el capital de la firma catalana de inversión en infraestructuras.
La Abertis que preside Salvador Alemany y que gestiona Francisco Paco Reynés es un dulce procedente del negocio de la explotación de las autopistas. De las primeras, aquellas que hace muchos años (antes de que se escandalizaran los coletas) también amamantó el Estado tras el fracaso inicial de la iniciativa privada. El rescate, como se llama ahora a la cosa, ha permitido mantener en pie las infraestructuras con un alto nivel de eficiencia para los usuarios, cosa seguramente discutible si las mismas vías hubieran pasado a manos públicas.
Fruto de su diversificación, Abertis dejó de ser sólo una concesionaria de autopistas al uso y entró en otras infraestructuras de diferente tipo. Tienen tecnología, pero las más conocidas han sido las aeroportuarias. Ahí también las cosas han ido de manera razonable. Si usted era un inversor que buscaba estabilidad y calma, la acción de Abertis era el lugar más idóneo para hallar ese estado de relajación inversora.
Que Abertis es una golosina es obvio. Que Fainé no la regalará a nadie, todavía más. Así que no hay que hacerse aún demasiadas cábalas
Habrá que conocer con el máximo detalle qué quieren los italianos con respecto a la operadora española. Pero lo que resulta bastante seguro es que difícilmente el grupo La Caixa dejará de lado a una de las joyas de la corona de su universo planetario. Isidro Fainé, factótum del grupo Criteria-Caixa Corp, se tomó como un reto personal sacar a la antigua Acesa del ostracismo político y convertirla en una compañía de dimensión mundial. Demasiado esfuerzo para perderla sólo por una suculenta plusvalía. Veremos, pues.
A Abertis Fainé ha desplazado a algunos de sus mejores o más fieles ejecutivos para lograr que la compañía presente el saludable estado actual. Explican en el entorno del grupo que apenas han existido un par de conversaciones exploratorias comandadas por Reynés, sin más bendición de los accionistas. Todo el mundo tiembla con los italianos al otro lado de la mesa (de hecho ya existió un primer acercamiento en sentido contrario que acabó como el rosario de la aurora).
La operación, explican quienes la conocen con intensidad, está muy, muy verde. Eso no significa que no pueda prosperar, pero tampoco que resulte segura su formulación, tal y como la han filtrado desde Italia. Criteria deberá decir si bendice o no una unión como la que se plantea, pero no necesariamente se tira en brazos de Atlantia. La Caixa se siente segura en Abertis, y la empresa, en sí misma, es un valor estable y seguro como inversión financiera e industrial.
Que Abertis es una golosina es obvio. Que Fainé no la regalará a nadie, todavía más. Así que no hay que hacerse aún demasiadas cábalas, porque el peaje de la operación, de llevarse a cabo, está todavía por decidir.