Hoy está previsto que el Círculo de Economía dé paso a una nueva etapa. En los últimos tres años ha sido el economista Antón Costas el encargado de guiar la institución en un momento de dificultades y tensión política. Para sucederle, el perfil escogido por el grupo de opinión es el de un empresario, Juan José Brugera, presidente de Inmobiliaria Colonial.
En su despedida ante los medios, Costas ha repetido con intensidad una máxima: lo que le hace falta al país son menos reformas y más políticas bien aplicadas. Se trata de una reflexión sencilla, pero de enorme profundidad. En la legislatura que se inicia será difícil abordar planteamientos reformistas en profundidad por la propia aritmética parlamentaria que exige el máximo de consensos. Sin embargo, podría resultar de gran utilidad que la política esté bien dirigida y afronte los problemas que en realidad son más perentorios.
Defiende un incremento del salario mínimo y, en general, de los salarios. En opinión del economista gallego ha llegado el momento de modificar las políticas retributivas para que el conjunto de la sociedad pueda beneficiarse de sus efectos en términos de Estado del Bienestar y de mejora del consumo. Tampoco le parece mal que sean las empresas las encargadas, de manera principal, de soportar los nuevos ajustes que la Unión Europea exige. Más impuestos que, según explica, pueden ser soportados sin minar las ganancias de competitividad obtenidas por la vía de la devaluación salarial de los últimos años.
Costas se felicita de que Soraya haya puesto manos al asunto catalán, una constatación, por fin, de la importancia del contencioso y la necesidad de diálogo que pide el Cercle
En ese capítulo fiscal, Costas es muy crítico con Oriol Junqueras, responsable de las finanzas públicas de la Generalitat desde su cargo de vicepresidente, y los impuestos que la administración catalana prepara de cara al próximo ejercicio. Los lee como un tributo a la necesaria CUP y no como unas buenas políticas tributarias. Llega a decir que son inventos fruto de la necesidad recaudatoria y que toparán, en algunos casos, con la ley.
Al abordar el tema catalán se felicita del nuevo papel que desempeñará la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Tiene claro que el mero desempeño de la nueva función de Soraya es una constatación del Gobierno central, ahora indiscutible, sobre la importancia del contencioso político catalán. Sin referéndums impuestos, sin planteamientos unilaterales, sin grandilocuencias, viene a decir, lo importante es que Madrid y Barcelona dialoguen y alcancen posiciones de proximidad en vez de la actual lejanía.
La última salida al ruedo de Costas en su condición de hombre del Círculo deja el listón alto a su relevo. Brugera deberá encargarse de velar por los equilibrios internos y externos que el carisma y la credibilidad personal de Costas consiguieron superar en beneficio de la institución. El legado que le deja para analizar la realidad española, le servirá sin duda para capitanear el nuevo Círculo: menos reformas, más políticas. Si le hace caso, pese a las dificultades, tendrá tres años apasionantes.