Los acaudalados hermanos Javier, Miguel e Isabel Suqué Mateu están suspirando por el fin de la pandemia y el retorno a una cierta normalidad. Sus negocios de casinos han experimentado unos perjuicios singularmente graves como consecuencia del virus originado en China.

El cierre forzoso de los establecimientos de juego decretado por las autoridades les obligó a presentar en 2020 una cascada de expedientes de regulación temporal, despidos y jubilaciones de su plantilla, integrada por 1.200 trabajadores.

La saga Suqué Mateu controla una suerte de monopolio en Cataluña, pues tres de los cuatro locales de apuestas abiertos en la región le pertenecen al 100%. Son los de Barcelona, Tarragona y Peralada (Girona). El consorcio de los Suqué posee instalaciones del mismo género al otro lado del océano Atlántico, sitas en Argentina, Chile y Uruguay.

Las tres salas de póker, ruletas y tragaperras de Cataluña, en particular la ubicada en Barcelona en los sótanos del Hotel Arts, constituyeron un negocio muy suculento hasta la irrupción del coronavirus.

Las magnitudes económicas hablan por sí solas del desplome ocurrido. El grupo entero, articulado en torno de la sociedad holding Inverama, saldó el pasado ejercicio con unas abultadas pérdidas consolidadas de 36 millones, casi el triple que los 12,3 millones negativos del año anterior. La tabla adjunta resume la evolución de Inverama en el último lustro.

INVERAMA EN CIFRAS (en millones de €)
Año Ventas Resultado
2020 305 -36
2019 428 -12,3
2018 420 1,5
2017 250 37
2016 230 24

El giro de Inverama cayó a plomo en 2020 de 428 millones a poco más de 300. Del medio centenar de empresas filiales, cerca de 30 contabilizaron números rojos.

Las previsiones para 2021, según el plan de negocio elaborado por el consejero delegado Javier Carrasco Brugada apuntan a una cierta mejoría de los resultados, pero seguirán anclados en la senda deficitaria.

Inverama es un consorcio robusto. Dispone de unos fondos propios de 575 millones. En su escudería corporativa figuran, al margen de los casinos de España e Iberoamérica, un extenso grupo de bodegas de cava y vino. Entre ellas se encuentran Castillo de Peralada, Cims de Porrera, Viña Salceda, Bodegas Fin de Siglo y Gran Feudo.

Además del negocio vinícola, Inverama encierra una gran cartera de inmuebles por valor de 300 millones. Parte de ellos se encuentra en alquiler y le proporciona rentas sustanciosas.

También alberga en su acervo el espectacular castillo de Peralada y el anejo Hotel Peralada Wine Spa y Golf; amén del balneario Termes Victòria de la Garriga. El grupo se completa con la legendaria marca de autos de superlujo Hispano-Suiza.

El conglomerado Inverama era titular de Poligal, fabricante de plásticos en Portugal, Polonia y Méjico, que suspendió pagos. Hace dos años Poligal estaba tasada en 80 millones, pero el grueso de ellos se deterioró en los estados contables de Inverama debido a las pérdidas registradas.

Este mismo año 2021 se ha firmado la venta de los restos de Poligal a un tercero por 25 millones, lo que supone un quebranto adicional de 10 millones para Inverama.

La historia de los casinos existentes en Cataluña es muy movida. Inverama se constituyó en 1977 en el ámbito de la familia Suqué Mateu, para promover el casino del castillo de Peralada, a raíz de un decreto de ese mismo año que despenalizaba el juego en España.

Por las mismas fechas se adjudicó el casino de Sant Pere de Ribes a varios socios comandados por Antonio Aizpún, Francisco Sensat y otros inversores residentes en Sitges y sus aledaños. A la vez, el de Lloret se otorgó a un grupo inmobiliario y hotelero de dicha plaza liderado por Salvador Tallada.

Los gestores de las tres concesiones trataron de integrarlas en una sola compañía. El gobierno del presidente socialista Felipe González denegó el permiso y exigió que cada sociedad conservara su personalidad jurídica propia. En cambio, accedió a que las acciones de las tres entidades pasaran a ser propiedad de una instrumental de nuevo cuño.

En vista de ello, se procedió a fundar Casinos de Cataluña SA. El patriarca Arturo Suqué Puig pronto llegó a controlar el ciento por ciento de la compañía y se erigió en el amo único. Casinos fue durante los años ochenta una máquina bien engrasada de financiación subterránea de la Convergència de Jordi Pujol.

Los “hereus” JavierMiguel e Isabel se reparten hoy el capital de Inverama a tercios iguales y ostentan el mando absoluto de este emporio catalán con sede en el municipio ampurdanés de Peralada.

El trío citado, más el consejero delegado Javier Carrasco, devengaron en el pandémico 2020 una retribución de 1,6 millones, un 6% menos. Además, los tres Suqué se asignaron un dividendo de 1 millón, idéntico al del año anterior, cargado contra las reservas de la sociedad matriz de su grupo.