Hay días en los que uno se siente especialmente irrelevante, y hoy es uno de ellos. Un cenutrio peligrosísimo llega a presidente de la nación más poderosa de la Tierra y aquí estoy yo, hablando de Santi Vila y su renuencia a soltar las obras de arte del monasterio de Sijena. En situaciones así, estaría bien que no fuese yo el único en sentirme irrelevante: todos los involucrados en el prusés podrían seguir mi ejemplo y darse cuenta del ridículo que están haciendo y nos están obligando a hacer al resto de catalanes. Pero eso no sucede: el mismo día en que El Donald llega a la Casa Blanca, leo en El Periódico una frase de Marta Pascal, mandamás de lo que queda de Convergència, que nos da una idea del estado mental de la susodicha: "El 9-N deslumbró al mundo". ¿Cómo? ¿Tú estás bien, Martita? ¿No sabes que a todo el mundo se la peló nuestro simulacro de referéndum? ¿No podrías tomar conciencia de tu grotesca pequeñez? ¿Tú crees que a alguien le importan las rabietas de una pandilla de niños malcriados que disfrutan haciéndose los oprimidos? ¿Cómo puede dirigir un partido político alguien cuya visión del mundo se basa en un delirio solipsista?
Queríamos los 'papeles de Salamanca' porque eran nuestros, pero lo de Sijena nos lo quedamos aunque no lo sea porque lo cuidaremos mejor que los baturros
Desgracias universales como lo de Trump dejan aún más al descubierto la ridiculez de ciertas actitudes. La del conseller Vila, sin ir más lejos, que es absolutamente trumpiana; es decir, my country right or wrong (Mi país, con razón o sin ella). Queríamos los papeles de Salamanca porque eran nuestros, pero lo de Sijena nos lo quedamos aunque no lo sea porque lo cuidaremos mejor que los baturros. En vez de reconocer que aspira a quedarse con cosas de otros por pura jeta y mero matonismo (la sombra de Trump una vez más), el hombre tuitea que le quieren empapelar por obedecer las leyes de su país. Nuevas preguntas como las que le he hecho a Pascal: ¿No sabes que, hasta nueva orden, tu país es España y debes obedecer sus leyes? ¿No intuyes que, aunque te portes como si Cataluña fuese independiente, no lo es y, por consiguiente, no existen las leyes catalanas? ¿No deberías dejar Matrix para los de ERC y la CUP y tratar de gestionar la realidad como mejor sepas? ¿Quieres hacer el favor de devolver lo que no es tuyo, aunque se destruyan los frescos al intentar arrancarlos?
¿Quieres hacer el favor de devolver lo que no es tuyo, aunque se destruyan los frescos al intentar arrancarlos?
Después del triunfo de Rajoy y del Brexit, la presidencia de Trump es la tercera desgracia de magnitud considerable que se nos viene encima, pero nuestros Vilas, Pascales, Homs, Espots, Albàs y demás desechos de tienta siguen jugueteando felices en su chiquipark, ajenos a la ola de estupidez que azota occidente, pero contribuyendo, en la medida de sus posibilidades, a hacerla cada vez más grande.