La satisfacción del deber cumplido
No sé yo si cuando les recordó a los de la CUP el deber de decidir en pleno mensaje de fin de año, Artur Mas era consciente de que podían acabar decidiéndosele encima, como así ha sido. A la manera del Héctor Lavoe que le decía a una amante caída en desgracia aquello tan contundente de 'No te vistas, que no vas', los cuperos le han recalcado que no lo pueden ver ni en pintura y que, si quiere evitar nuevas elecciones, ya puede hacerse a un lado.
Como era de prever, el Astut no se ha dado por aludido, ya que su modelo de conducta es el indigesto humorista argentino Joe Rígoli (que en paz descanse), que se hizo célebre en la España de los 70 con su muletilla "Yo sigo", acompañada de un quiebro con los dedos, un guiño del ojo y una mueca general supuestamente graciosa que a mí me sacaba de quicio.
Todo apunta a que el Astut va a estar convocando elecciones hasta vencernos a todos por agotamiento y que le dejemos ser presidente
Como el Astut es de los que mueren matando, de momento ya se ha llevado por delante a Antonio Baños, cuya dimisión no acabo de entender: ¿no era el que más insistía en eliminar a Mas? ¡Debería estar encantado de la vida y dando saltos de alegría soberanista, anticapitalista y anti-patriarcal! Pero no, parece que había cambiado de opinión y que el Astut le parecía ahora fundamental para el advenimiento de la República catalana.
Hay muchos como él en la CUP, por lo que es de esperar una escisión en cualquier momento. Más que nada porque el sector que prima la revolución sobre la independencia se ha convertido en la Némesis de todos los energúmenos del separatismo. La verdulera mayor del reino, Pilar Rahola, los acusa de trabajar para el CNI. Y el energúmeno de a pie me los pone de fills de puta para arriba. Si no fuese porque Twitter siempre ha sido terreno abonado para los fanáticos, diría que se están perdiendo las formas. ¿Pero esto no era la revolta dels somriures?
Para echar más leña al fuego, el gran Joan Tardà ha insinuado que tal vez Mas podría hacerse a un lado, dada la buena disposición de la CUP para investir a Junqueras como presidente de la Generalitat, pero no parece que el interesado esté muy dispuesto a hacerlo: todo apunta a que el Astut va a estar convocando elecciones hasta vencernos a todos por agotamiento y que le dejemos ser presidente. Ya sabemos que le mueve únicamente el amor a la patria, pero a veces da la impresión de que solo piensa en él, cosa comprensible porque cuanto más lejos esté del Parlamento, más cerca estará del juzgado. El aforamiento es injusto, pero tremendamente práctico.