El ombliguismo, la mediocridad, la paranoia y la incultura de la política catalana se ha vuelto a poner de manifiesto estos días cuando Josep Borrell, Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, en una rueda de prensa para comentar el desarrollo de una viodeconferencia este lunes con los 27 ministros de Defensa europeos, afirmó: ”Gracias a dios, Zelenski no es el tipo de líder que huye escondido en un coche, se queda allí resistiendo y tenemos que apoyarle”.

Pues bien, ha faltado tiempo para afirmar en muchos medios que Borrell se refería sin duda alguna al fugado Carles Puigdemont. Como todo el mundo sabe, tras la declaración de independencia del 27 de octubre 2017, y pese haber afirmado que el lunes siguiente acudiría a su despacho de la Plaça Sant Jaume para desafiar la aplicación del artículo 155, el depuesto president huyó en coche a Bruselas para evitar ser detenido en los días siguientes y entrar en prisión.

Durante mucho tiempo se afirmó también que lo hizo escondido dentro del maletero el vehículo, lo cual el protagonista siempre ha negado de forma rotunda, entre otras razones porque en ese momento no existía ninguna orden de detención contra él. En cualquier caso, lo llamativo es que nadie, sobre todo aquellos medios que han salido muy duramente a reprocharle a Borrell esa posible alusión a Puigdemont, se haya tomado la molestia de recordar dos cosas.

Primera, la invasión de Ucrania por parte de Rusia empezó el día del aniversario de la huida del expresidente Víctor Yanukóvich tras la revolución del Maidán en 2014. El dirigente prorruso fue destituido por el Parlamento ucraniano y huyó a Moscú en coche una vez que no pudo hacerlo en avión. En su precipitada huida se olvidó de su amante que residía en el palacio presidencial donde también se descubrió que tenía una enorme afición por los coches. Sus propios aliados políticos criticaron esa marcha como un gesto de cobardía.

Segunda, Borrell señaló la coincidencia entre el aniversario de la huida de Yanukóvich, aliado de Vladimir Putin, y la invasión de Rusia. Como ha recordado en twitter el corresponsal del Wall Street Journal, Lauren Norman, “Borrell says the date that Putin has chosen to further undermine Ukraine's sovereignty --the 8th anniversary of Yanukóvich departure-- was clearly no accident" [Borrell afirma que la fecha que Putin eligió para socavar aún más la soberanía de Ucrania --el octavo aniversario de la partida de Yanukóvich-- claramente no fue un accidente].

Es alucinante que ciertos medios, en medio de una crisis internacional tan tremenda como la que estamos viviendo, le hayan dedicado a Borrell semáforos rojos por comparar la actitud del presidente ucraniano, Zelenski, con la de Puigdemont.

Extraña menos que en Catalunya Ràdio Laura Rosell abriera un durísimo delantal este martes contra el Alto Representante de la Unión: "Europa entrant en guerra i Borrell pixant fora de test. Amb l'estirabot d'ahir, totalment fora de lloc, Borrell demostra que el càrrec no li va a la mida”. Sin más averiguaciones, dejándose llevar por el ombliguismo de lo nuestro, o tal vez porque el propio Puigdemont corriera a hacer un tuit haciéndose el ofendido y cargara contra el jefe de la diplomacia europea, hayan concluido que solo se podía referir al expresident catalán.

Pues no. Ni el mundo nos mira, ni Borrell tiene en la cabeza al fugado Puigdemont cuando habla de Ucrania y de una invasión que no se puede entender sin lo sucedido en 2014 con la huida en coche de Yanukóvich. Lamentable. Así nos va.