Una mujer frente a una herramienta de inteligencia artificial PEXELS
Paradojas de la IA en bolsa
"La narrativa de una inteligencia artificial que 'arrasará con todo' genera tanto entusiasmo como miedo, castigando a quienes su modelo de negocio, tal vez, puede verse afectado por el cambio tecnológico"
¿Arrasará con todo la inteligencia artificial (IA)? ¿Producirá un efecto disruptivo tan grande como muchos vaticinan? Estas preguntas resuenan en los mercados mientras la IA encabeza una fiebre bursátil que ha catapultado a las grandes tecnológicas a valoraciones históricas. Sin embargo, otras empresas, particularmente de software como Adobe, Salesforce, Constellation Software o Nice, pero también otras proveedoras de servicios como Teleperformance, han visto sus cotizaciones desplomarse pese a balances sólidos. Este fenómeno pone en evidencia el poder de la narrativa en el corto plazo, donde expectativas desorbitadas, competencia feroz y la impaciencia del mercado eclipsan incluso los beneficios más impresionantes.
La primera paradoja es que los beneficios, por espectaculares que sean, sucumben ante el relato. Adobe, por ejemplo, reportó en su tercer trimestre fiscal de 2025 ingresos récord de 5.990 millones de dólares, un crecimiento interanual del 11%, impulsado por la integración de IA en su Creative Cloud y Document Cloud. Su margen bruto GAAP, un 89,3%, refleja una eficiencia envidiable, y su flujo de caja operativo alcanzó los 2.198 millones de dólares. Sin embargo, pese a estos números impecables, la acción de Adobe ha caído un devastador 50% desde su máximo histórico de 688,37 dólares en noviembre de 2021, y un 38% desde su pico de 557,90 dólares en los últimos 52 semanas.
Salesforce lidera en automatización empresarial, Constellation Software optimiza sus adquisiciones de software vertical, Nice potencia sus soluciones de experiencia del cliente con IA, y Teleperformance, líder mundial en call centers, invierte hasta 100 millones de euros en 2025 para integrar IA en sus servicios.
Pero el mercado no se conforma: teme que los costes de la IA (infraestructura, energía) frenen el crecimiento, o que, en el caso de Teleperformance, la IA automatice hasta el 20-30% de sus operaciones, erosionando márgenes. La narrativa de una IA que “arrasará con todo” genera tanto entusiasmo como miedo, castigando a quienes su modelo de negocio, tal vez, puede verse afectado por el cambio tecnológico.
La segunda paradoja es la competencia que alimenta la incertidumbre. Si la IA es tan disruptiva, ¿por qué no garantiza el dominio de estos gigantes? Porque democratiza la innovación, pero satura el terreno. Adobe compite con startups y titanes como Google; Salesforce, con soluciones de automatización emergentes; Constellation Software, con rivales que atacan sus nichos; Nice, con plataformas que desafían su liderazgo en software de centros de contacto; y Teleperformance, con chatbots y soluciones de IA que amenazan su modelo basado en agentes humanos. Aunque estas empresas invierten en IA para mantenerse a la vanguardia, el mercado ve riesgos en una carrera donde los márgenes podrían comprimirse. La narrativa de quién dominará el futuro de la IA, y si realmente “arrasará” industrias enteras, desencadena las ventas, incluso cuando los fundamentales, como el margen bruto de Adobe o el flujo de caja libre de Constellation, son impecables.
La tercera paradoja es el cortoplacismo. La IA promete una disrupción masiva, pero su impacto económico pleno puede tardar años. Mientras, factores como subidas de tipos, inflación o tensiones geopolíticas dominan las decisiones. Adobe, con un beneficio neto de 1.772 millones de dólares en su último trimestre, debería ser intocable, pero su acción no logra salir de una tendencia bajista de largo plazo. Salesforce, Constellation Software, Nice y Teleperformance enfrentan presiones similares, no por fallos operativos, sino por no cumplir un guion de hipercrecimiento perpetuo. El mercado, impaciente, castiga la espera, ignorando que la IA, lejos de arrasar de inmediato, puede potenciar a estos gigantes a largo plazo, incluso a Teleperformance, cuyo CEO insiste en que la IA complementará, no reemplazará, el factor humano.
En conclusión, las caídas de Adobe, Salesforce, Constellation Software, Nice o Teleperformance muestran que, en el corto plazo, la narrativa manda. Los beneficios, en algunos casos colosales, quedan opacados por temores a la disrupción, la competencia y el tiempo. Estas empresas no son víctimas de sus resultados, sino de un mercado que exige historias perfectas y castiga la incertidumbre. En la era de la IA, la bolsa no solo valora números y unas expectativas de crecimiento razonables, sino el miedo al futuro, un miedo que es más fuerte que nunca ante la velocidad de los cambios.