- No te arrimes tanto.

- No seas tonta, que aquí bajo la higuera no nos ven.

- Que todo el pueblo nos conoce.

- Qué apretados estos tejanos.

- Son American Eagle, como las de la Sweeney.

- Aflójate el cinturón.

- Xavi, que nos van a ver.

- Qué culo, Mireia, qué genes y qué jeans.

- Estás loco, Xavi.

- Me pones así tú, Mireia.

- Ten, anda, pero sé discreto.

- Estás mojadísima.

- Toma, claro... Aquel de allí mira hacia aquí.

- No te preocupes, es mosén Pere y está medio ciego.

- Amb la llum del teu mirar/ Has omplert la meva vida... Ésta que cantan
es “Rosó, Rosó”.

- Un clásico.

- Rosó me encanta, Xavi. Es tan romántica y sentimental… Cuando
la escucho siento algo… No sé, me entran hasta ganas de llorar…
Te gusta mi culo, ¿eh?

- Me encanta.

- ¡Para, para, que nos miran!

- ¿Quién, dónde?

- El del kiosco, en la tercera fila.

- Ése es tonto. No se entera de nada. ¿Por qué no cantan El meu avi?

- Tonto, ya la cantarán. Ahí, ahí…

- Ya van seis habaneras, y han cantado La gavina dos veces, la cantada
va a acabar, y de El meu avi, nada de nada.

- Sigue, sigue, cabrón…

- ¡Son unos fascistas, Mireia!

- ¡Uy!

- ¿Qué te pasa?

- Es que se me acaba de ocurrir: ¿no habrá por ahí una Kiss Cam?
Como en el concierto de Coldplay, ya sabes.

- ¿En este pueblo? No creo. No hay presupuesto para virguerías.

- Mi marido nos mata si nos ve. ¿Aquello de allí lo mismo es la Kiss
Cam?

- Que no, te lo prometo. Sólo es un altavoz…

- Bueno, sigue…

- ¡Anda! ¡El meu avi! ¡Ya era hora!

- Sigue, sigue, que estoy llegando…

- ¡A bordo del Català/ el millor barco de guerra/ de la flota d’Ultramar!

- Visca Cataluuuuunya, visca el Catalààà…