“Lo peor de todo es tener que ver cómo Salvador Illa y Pedro Sánchez pretendencompensar y premiar a los que provocaron semejante desaguisado para que sigan defendiendo lo mismo. Yo sostengo que tenemos que hacer exactamente lo contrario y con protagonistas diferentes”, señala Alejandro Fernández en su recién publicado ensayo A calzón quitao, sobre el que el lector de Crónica Global encontrará en días pasados sendos atinados análisis de nuestros columnistas Joaquim Coll y Alejandro Tercero.

Cabe preguntarse si el caso de Christopher Person es una confirmación de lo que afirma Alejandro Fernández, o si es una maniobra maquiavélica –en su pequeñez- de Salvador Illa.

Sabrá el lector que Person, joven lingüista y especialista en análisis de datos que director de la Casa de la Generalitat en Perpiñán, en el curso de una Comisión declinó usar el término “Catalunya Nord” por no estar reconocido por la administración francesa, y afirmó que se atenía a la denominación oficial “Pirineus Orientals”.

Todo lo dijo con aire imperturbable, mientras Agustí Colomines hacía sus muecas de escándalo e incredulidad histriónica ante semejante blasfemia. El ex director de la Catdem (la fundación que desviaba fondos del Palau de la Música a Convergència), actualmente consigliero de Puigdemont, es quizá el político mejor situado para ganar el diploma al Asno Total que inventó Kundera en La inmortalidad. Y mira que hay competencia.

Y dicho sea con todo el respeto a los asnos, que son animales de gran utilidad y servicio, en ámbitos rurales.

Todos los partidos catalanes “progresistas” (Junts, ERC y CUP), y todos los anteriores directores de la Casa de Perpiñán, y toda la prensa procesista, han reclamado a Salvador Illa la cabeza de Person. Con este escándalo de chichinabo pueden tener o vender un nuevo agravio con el que hacer agitación y propaganda non stop y chantajear al discreto president en la primera ocasión que se presente.

Aunque éste, de momento, ha confirmado a Person en su cargo, parece que a éste le huele la cabeza a pólvora. Según fuentes del Govern consultadas por Marcos Lamelas (El Confidencial ), en breve el joven lingüista será cesado y sustituido por Albert Piñeira, un líder juntero, con mucho tirón electoral en Gerona, que “se distanció de Junts cuando Puigdemont lo marginó de las listas para ir al Congreso”.

De manera que –según la tesis de Lamelas-, sacrificando a Person, que al fin y al cabo es un peón insignificante, Illa complace a Junts… al mismo tiempo que la debilita de cara a las próximas elecciones, acercando al PSC a un aglutinador de votantes.

Pero –agrego yo-, si decide mantener a Person en su cargo, pasando de polémicas nominalistas absurdas, demostrará que tiene cierta firmeza ante las presiones, lo que dado su historial de complacencias, no le vendría nada mal.

O sea que, juegue al rojo o al negro, Illa gana.

En cuanto al joven Person, su parece que probable e inminente cese no debería atormentarle, puede ser una bendición disfrazada. Es muy joven para habitar en cementerios de elefantes como la Casa de marras. El mundo es muy ancho, y él, con sus puntualizaciones nominativas, emitidas ante sus señorías con una asombrosa serenidad, tan serena que era casi indiferente, y tan indiferente que era casi despectiva, demostró estar sobradamente preparado para asumir tareas con más sentido.