Según declaró Tania Sánchez en La Sexta, "el objetivo es que las personas que piensan cosas no respetables dejen de pensarlas", por algo la chica es antropóloga, y sabe que los humanos empiezan pensando cosas no respetables y terminan simplemente pensando, lo cual hay que evitar a toda costa.

Si los ciudadanos pensasen, gente como ella jamás ocuparía cargos públicos, la sola idea le produce un comprensible terror. Además de antropóloga, la tal Tania fue pareja de Pablo Iglesias, uno imagina que, en este caso, también para seguir ampliando sus estudios en casa, una familia como esa bien merece una tesis, incluso varias.

Más adelante ejerció de educadora social, y también en este caso debía de tener bastante trabajo en el propio hogar, la pobre. Para finalizar tan apasionante currículo, ha sido diputada de Podemos y de Mas Madrid, aunque confieso que a día de hoy soy incapaz de reconocer las diferencias que hay entre ambas formaciones -no me hagan mucho caso, es que no me interesan en absoluto-, así como con otras de parecidas e igualmente vacías de contenido. Como la cabecita de Tania, para que se me entienda.

Con semejante historial profesional y sentimental, es natural que a Tania le preocupe lo que piensen los demás, sobre todo lo que piensen de ella, que a buen seguro no es nada bonito. Lo que sucede es que para cumplir el sano objetivo de fiscalizar el pensamiento de la gente, va a tropezar con algunos inconvenientes, como 1) decidir qué cosas son respetables y, por tanto, cuáles son dignas de ser pensadas y cuales no y 2) una vez decidido lo anterior, extirpar del pensamiento de quien corresponda todas las cosas no respetables allí alojadas. No parecen dos obstáculos fáciles de salvar, pero a alguien que ha compartido tálamo con Pablo Iglesias, nada en este mundo ha de arredrarla.

Vamos con el 1). La cosa no tiene mucha complicación, las cosas respetables que pueden pensarse son las que Tania decida que son respetables, esa es la esencia de esta doctrina.

En el caso de que la chica no de abasto -hay que tener en cuenta que existen millones de españoles, y cada uno de ellos puede tener multitud de pensamientos a lo largo del día-, podrá ayudarse de un equipo de controladores del pensamiento, aunque serán siempre de su misma ideología política, para evitar que se cuele algún pensamiento poco respetable. Por supuesto, tener la intención de votar a cualquier otra formación que no sea la de Tania, será considerado lo menos respetable del mundo.

Más difícil se antoja el punto 2), porque si con un buen equipo es sencillo detectar malos pensamientos, evitarlos es otra cosa. Es sabido que si alguien nos dice que no pensemos en un elefante, no hay manera de quitarnos el elefante de la cabeza.

De igual forma, basta con que nos ordenen no pensar en cosas poco respetables, para que se nos acumulen en la mente (a mí mismo, con el solo hecho de escribirlo, en este momento se me amontonan pensamientos no solo poco respetables, sino directamente inmorales, cuando no delictivos, que solo el respeto hacia los lectores me impide transcribir aquí detalladamente).

Uno imagina que Tania Sánchez tiene previsto aplicar electroshocks y realizar lobotomías a diestro y más diestro, para desalojar esos pensamientos poco respetables de las mentes no fines al régimen.

No hará falta sustituirlos por otros pensamientos más respetables, basta con que esas mentes queden vacías de todo pensamiento. Reeducar a los díscolos, al estilo La naranja mecánica, le parece poca cosa a nuestra antropóloga de cabecera, ella prefiere dejarnos como McMurphy, el protagonista de Alguien voló sobre el nido del cuco. Así asegura un buen futuro para ella y para los suyos.