Cómo no va a presentarse Toni Comín a presidir el Consell de la República, si se trata de su Consell de la República. Estaría bueno que se presentara otro fulano y que encima ganara, a ver cómo haría entonces Comín para viajar gratis con el dinero de la caja.
Las cosas del dinero hay que vigilarlas de cerca, no sea que, por despistarse y no presentar a tiempo la candidatura, nombren a otro presidente y también pretenda pagarse las vacaciones con los fondos del Consell.
La cosa del independentismo está de baja, eso es bien sabido, y en esos chiringuitos otrora boyantes, ya no hay dinero para todos y se trata de exprimir el poco que todavía entre.
El primero que llegó ahí fue Comín, así que a él le corresponde administrar el dinero como buenamente desee, a poder ser en su propio beneficio, que si no, ya me contarán ustedes de qué sirve el famoso Consell.
Una de las primeras propuestas si consigue el puesto de presidente, será cambiar el nombre y que pase a llamarse Consell de Toni Comín.
Una vez demostrada la inutilidad política del Consell de la República, que pretendía ser un “gobierno en el exilio” y al final no fue ni gobierno, ni exilio, ni nada, por lo menos que le sirva de algo a Comín.
El hombre no tiene muchas luces y ganarse la vida trabajando es algo que le supera, así que bien está que el Consell de la República se convierta en una especie de casa de beneficencia para el pobre chico y otros en su misma situación (aunque, a fuer de sinceros, cuesta imaginar a otro humano en situación tan privilegiada).
Si quiere irse de vacaciones, ahí están los fondos del Consell, si desea un piano nuevo, el Consell le pondrá un Yamaha en su habitación, si tiene ganas de comer en buenos restaurantes, la caja del Consell está a su servicio, y si ha de renovar el guardarropa, el sastre lo pagará el Consell.
Lo mejor es que lo presida él, y además de manera unitaria y dictatorial, de esta forma, se evitan inspecciones, como ocurrió la última vez, que algunos desalmados miembros de esta institución creyeron que tenían derecho a saber qué se hacía con el dinero y pidieron información al respecto. A quién se le ocurre. Acabaron dimitiendo, claro, que es lo único decente que puede hacer quien ose fiscalizar las cuentas de Toni Comín o del Consell, si no es que son lo mismo.
Imagino que los restantes miembros del Consell de la República -suponiendo que quede alguno- estarán la mar de contentos con el anuncio de Comín de optar a presidir el chiringuito. Puesto que lo han tratado a menudo y lo conocen, saben que pueden confiar ciegamente en él.
Me refiero a que pueden estar seguros de que se va a aprovechar de todos ellos y de quienes, por pazguatos o por buena fe, aporten dinero a la causa. Siempre es positivo saber a ciencia cierta que el máximo responsable de una entidad que maneja dineros más o menos opacos, no te va a defraudar.
En todo caso, Comín defraudará no en el sentido de decepcionarles, puesto que ya saben a lo que se arriesgan, sino en el monetario. Ahí van sobre seguro.
Sin el sueldo de eurodiputado -recordemos que no le han admitido el recurso- de algún sitio ha de sacar Comín para vivir. Para vivir bien, me refiero, que para vivir como el común de la gente, no se hubiera metido en política. Comín no puede vivir como un común.
Si -Dios no lo quiera- sucede una catástrofe y Toni Comín no puede ser presidente del Consell de la República, que se presente por lo menos para tesorero, da igual, la función que sea, siempre que sea cerca de la caja, no vaya a ser que lleguen las vacaciones y tenga que pagárselas de su bolsillo.