El gigante empresarial Inverama, propiedad a partes iguales de la dinastía Suqué Mateu, luce una peculiaridad única en esta comunidad. Desde hace casi medio siglo acapara una suerte de monopolio en el negocio de los casinos. Le pertenecen por entero tres de las cuatro instalaciones abiertas, sitas en Peralada, Tarragona y Barcelona. Todas están acogidas a las concesiones administrativas que en su día le otorgó a dedo el Govern de Jordi Pujol.

El recinto de la Ciudad Condal, ubicado en los sótanos del lujoso hotel Arts, es una máquina bien engrasada de ganar dinero a espuertas. Sus mesas de póquer y blackjack, las ruletas y las tragaperras centelleantes acogen cada día cientos de clientes, el grueso de ellos extranjeros.

El casino de Barcelona arroja él solo más ganancias que el resto del conglomerado Inverama, compuesto por más de medio centenar de compañías filiales y participadas de variado pelaje.

Además, tiene su rentable versión digital para que cualquier ciudadano provisto de móvil, ordenador o tableta pueda lanzar envites a todas horas, los 365 días del año.

La corporación nació en 1947, por impulso del opulento industrial metalúrgico Miguel Mateu Pla, dueño de extensos predios en los aledaños de la Rambla. Tras la Guerra Civil, ejerció de alcalde de Barcelona y de presidente de la Caja de Pensiones, predecesora del coloso La Caixa. El cuartel general se encuentra en el municipio de Peralada, del Alto Ampurdán.

Casi ochenta años después, Inverama alcanza en 2023 las magnitudes más elevadas de su historia gracias al inagotable filón de las apuestas.

Los activos consolidados engordan hasta rondar los 700 millones y los recursos propios escalan la cima de los 563.

Las cuentas se rubrican con un excedente de 42 millones, el cuádruple que el ejercicio anterior.

GRUPO INVERAMA (en millones de €)

Año Facturación Resultado
2023 762 42,6
2022 560 10,6
2021 419 -12
2020 305 -32,6
2019 428 -12,3
2018 299 1,5
2017 253 36,9

Los Suqué acuerdan destinarlo a reservas y no distribuyen dividendo. En el ejercicio previo habían repartido 3 millones.

Tal circunstancia no significa que se queden sin devengo de emolumentos, pues la sociedad gratifica con 2,2 millones a su consejo de administración.

Este lo forman seis miembros. Son los hermanos Javier Suqué, que ejerce de presidente; Miguel, vicepresidente; e Isabel, vocal. Los dos primeros desempeñan, asimismo, las máximas funciones ejecutivas en su calidad de consejeros delegados solidarios.

El órgano de gobierno se completa con el gerente Javier Carrasco Brugada, amén de dos vocales externos, el abogado Javier Arraut Amat y Ricard Tubau Roca, director general del banco andorrano Andbank.

La holding familiar abarca tres partidas principales, a saber, la lúdica, la viticultura y la inmobiliaria. En la primera de ellas es dueña, al margen de los casinos de Cataluña, de otros tres en Argentina, Chile y Uruguay.

La actividad vinícola constituye el germen económico de la saga. Comprende 800 hectáreas de cultivos y un amplio repertorio de bodegas, amparadas en las denominaciones de origen Cava, Empordà y Priorat, más Navarra, Ribera del Duero, Rioja y Ronda. La capacidad de producción del entramado roza los 20 millones de botellas anuales. La cartera de marcas propias está integrada por Chivite, Fin de Siglo, Gran Feudo, Peralada y Viña Salceda, entre otras.

El vino y el cava requieren de fuertes inversiones y de un largo periodo de maduración. Por desgracia, hasta el día de hoy no han sido capaces de obtener rendimientos y año tras año registran números rojos.

En cuanto a los bienes raíces, Inverama está en posesión de un parque de edificios valorados en libros en la bagatela de 450 millones. Su pieza más deslumbrante es la heredad del castillo de Peralada, que el linaje Mateu adquirió en los años veinte del siglo pasado.

Además de los aposentos del trío fraterno, alberga un casino, vides, un campo de golf y las colecciones privadas de sus progenitores Arturo Suqué y Carmen Mateu, fallecidos en 2021 y 2018, respectivamente.

Un emporio tan vasto como Inverama también ha sufrido algún que otro percance. Es el caso de la subsidiaria Poligal, titular de fábricas de materiales plásticos en Portugal, Polonia y México, que suspendió pagos y acabó desguazada.

Otro renglón que tampoco evoluciona de forma positiva es el emblema de coches superdeportivos Hispano Suiza, que lanzó un lustro atrás. Su desarrollo es lastimoso y de momento solo obtiene pérdidas.

Los monopolios son un chollo dorado para quienes los disfrutan, pues significan el control de los mercados y el cierre a cal y canto de la puerta de acceso de terceros competidores.

En el presente caso se trata, además, de una férrea exclusiva auspiciada por Jordi Pujol. Las apetencias pecuniarias de este personaje corren parejas con su legendaria afición a defraudar al fisco, tanto en el orden individual como en el de parte de su prolífico clan.