Memos, miopes y mentecatos. Así defino la campañita -no tiene ni sesgos de campaña- de la oposición contra el Gobierno de Salvador Illa por su “españolización” de los servicios de emergencia Cat112. Sirvan las tres M para identificar el nivel de una oposición compuesta por Junts, que está en contra de todo, los cupaires líderes del extremo nordeste, y por los aspirantes a socios -Esquerra y Comunes- que sacan pecho en esta cuestión como si hubieran encontrado la piedra filosofal.

La campañita de las tres M se llevó algunos titulares que rezaban “Illa forzado a comparecer” en el Parlament para explicar que Mossos, Policía Nacional y Guardia Civil se coordinen en los servicios de emergencia. En palabras del poeta de la política, Carles Puigdemont, españolizar el servicio de emergencias. Una españolización que se inició, por cierto, en 2017 con un tal Puigdemont como presidente de la Generalitat. Pero no se equivoquen el tal Puigdemont no se enteró porque en aquella época se esmeraba sólo en agitar la estelada.

Ante las peticiones de comparecencia, el Govern no tuvo problemas y aceptó el reto. El PSC apoyó la propuesta e Illa accedió a comparecer pero avisando. “No prevemos modificaciones en los acuerdos alcanzados en la Junta de Seguridad”, dijo la consellera Paneque en rueda de prensa y añadió que “la coordinación entre los diversos cuerpos de seguridad la vemos como un requisito para avanzar en el ámbito de la seguridad en Cataluña”.

El que se haya desatado esta polémica por una cuestión tan menor demuestra el estado de salud (mal estado, dicho sea de paso) y los problemas que está teniendo la oposición en el Parlament para encontrar temas para hacer oposición contra Salvador Illa. Un ejemplo. Illa elogió el aceite de oliva de Jaén, en una visita a Sabadell que promocionaba el aceite de esta provincia, y Junts y ERC se rasgaron las vestiduras por “desnacionalizar” Cataluña. El “nivelazo” de la oposición llevó el tema al Parlament y esta semana recibieron el tortazo con la mano abierta. El Govern aprobó la creación de la marca Premios Mejores Aceites de Oliva Virgen Extra que se otorgaron este viernes en La Fatarella con la participación de 132 aceites. Los premios se entregaron el viernes. Junts y ERC fueron de victoria en victoria hasta la derrota final. No pudieron hacer mayor ridículo.

El presidente de Junts en el Parlament, Albert Batet, interviene durante un debate de Política General en el Parlament de Catalunya

El presidente de Junts en el Parlament, Albert Batet, interviene durante un debate de Política General en el Parlament de Catalunya David Zorrakino / Europa Press

Pero, siguen empeñados en hacerlo. Ahora toca a la españolización que llega con la coordinación de cuerpos de seguridad. Se reunió la Junta de Seguridad y en esa reunión, tras tres años de barbecho, se formalizó la incorporación de la Policía Nacional y de la Guardia Civil al teléfono de emergencias 112. Hasta ahora, los dos cuerpos policiales españoles no recibían los avisos generados por las salas de coordinación directamente, sino que tenían que pasar por los Mossos. No hay mayor trascendencia. No tiene mayor nivel que de aspecto técnico, un tecnicismo de emergencias.

Lo más significativo de las tres M, con aceite de oliva incluido, es el mal estado de salud de la oposición al Govern Illa. No tiene ideas y es incapaz de sacar temas con un mínimo de entidad. De hecho, me parece que el propio president se encarga de promover estas dinámicas que lo sitúan en la centralidad política y que dan carpetazo a doce años de debates estériles y en más de una ocasión horteras. Vamos, que alimenta estos debates que retratan el penoso estado anímico de la oposición y los voluntarios a entrar en el Gobierno. O eso, o los estrategas de la oposición están al servicio del PSC y no se han enterado de que el tema identitario baja enteros de forma vertiginosa.

Habrá pleno y Salvador Illa dará explicaciones. Y les digo más: no habrá cambios en la normativa porque no habrá marcha atrás en la coordinación policial. ERC y Junts tienen protagonismo en Madrid pero su inspiración en Cataluña dura menos que un caramelo a la puerta de un colegio. De momento, su nivel es de meme: Memos, miopes y mentecatos.