Entiendo que debe causar cierta perplejidad el título que encabeza este artículo. El lector se preguntará qué relación existe entre el traspaso de Rodalies y la Inteligencia Artificial (IA). Intentaré explicarme, la importancia del buen funcionamiento de las cercanías ferroviarias no radica en quién las gestiona, sino en el cómo se gestionan. Es aquí donde aparece la IA, una tecnología cada vez más utilizada en muchas empresas ferroviarias: sistemas de control de tráfico y señalización, mantenimiento predictivo del material rodante, procesos de eficiencia energética, programación de servicios, trenes autónomos, gestión de infraestructuras “inteligentes”...
Nos encontramos inmersos en el proceso sobre el traspaso de Rodalies; esta misma semana, la portavoz del Govern y consellera de Territorio, Sílvia Paneque, ha dado a conocer que el nuevo plan de Rodalies que se está elaborando estará disponible durante el primer semestre del 2025.
Es útil recordar que toda la problemática sobre el funcionamiento de Rodalies ha estado sometido a una profunda instrumentalización política, lo que dificulta abordarla con rigor y en toda su complejidad. En ocasiones da la sensación de que el objetivo perseguido es la descalificación de la Renfe en la línea de desprestigiar y erosionar la presencia del Estado en Cataluña, antes que encontrar la solución a sus problemas de funcionamiento.
Las incidencias en las infraestructuras han aumentado en estos dos últimos años como consecuencia del estrés provocado por la ejecución de las obras del Pla de Rodalies 2020-2030, que contempla 5.110 millones de inversión en infraestructuras y material móvil. Lo que supondrá, además, introducir elementos de automatización (IA), como sería la implantación al 100% de los sistemas de señalización a bordo (ERTMS).
La liberalización de las OSP (Obligaciones Servicio Público) impuesta por la normativa Europa para finales del 2027 supondrá que la sustitución de Renfe por un nuevo operador deberá hacerse de acuerdo con la normativa europea que exige la necesidad de concurso para la elección de operador. El nuevo operador seguiría circulando por las vías de ADIF, cuyas infraestructuras, al considerarse estratégicas, son propiedad del Estado, como ocurre en la mayoría de los países europeos
Tal como está inicialmente previsto, se pretende segregar parte de la red, lo que supondría el perder el factor positivo y multiplicador del “efecto red”, e incrementa la complejidad de su gestión. La propuesta inicial de segregar la R1 de la red integral ferroviaria podría afectar a su conectividad, al aislar o hacer independiente una parte del sistema ferroviario, separándola de la red general. Un ejemplo no positivo de segregación sería la adjudicación directa del servicio de lanzadera ferroviaria al aeropuerto de El Prat, a una concesión privada, cuando este servicio podía ser prestado en mejores condiciones de seguridad, calidad y precio por una empresa pública como Renfe. FGC plantea su operación como un servicio exclusivo que resta capacidad al resto de las líneas, renunciando al aprovechamiento de una red de Cercanías que permite una economía de escala. Por todo lo argumentado con anterioridad, el traspaso en sí mismo no garantiza un mejor funcionamiento de la explotación.
Una vez apuntadas las consideraciones sobre las dificultades y complejidades del proceso, es el momento de apuntar cómo se puede gestionar mejor el servicio a través de nuevas aplicaciones tecnológicas utilizando la IA.
La digitalización y automatización de los ferrocarriles de Cercanías ha supuesto la implementación de sistemas de control de tráfico basados en inteligencia artificial y el desarrollo de trenes autónomos. Trenes autónomos que podrán funcionar sin la intervención de conductores, incorporando paulatinamente el ERTMS (Sistema Europeo de Gestión del Tráfico Ferroviario) que permitirá la conducción autónoma de los trenes.
Desde el punto de vista energético, el material móvil incorpora sistemas que optimizan el consumo de energía a través del frenado regenerativo. El sector industrial desarrollará el mantenimiento predictivo, cuyo objetivo principal es predecir fallos antes de que sucedan y, por tanto, optimizar el tiempo de mantenimiento aumentando la eficiencia operativa
En la explotación de la flota se desarrollarán sistemas basados en IA, la cual se utilizará para optimizar la programación de trenes, ajustando los horarios en tiempo real según la demanda y las condiciones del tráfico. La aplicación de la “gestión predictiva” a través de algoritmos permitirá predecir el flujo de pasajeros y ajustar los servicios. La utilización de tecnologías como 5G ayudará a garantizar una comunicación fluida entre los trenes, las estaciones y los centros de control: la “circulación inteligente”.
En cuanto a los servicios al pasajero, se desarrollarán aplicaciones móviles que facilitan la conectividad y generan sistemas de información en tiempo real sobre horarios, rutas y ocupación de los trenes, mejorando la planificación del viaje.
El traspaso de Rodalies deberá tener en cuenta que en cualquier acuerdo que se alcance será imprescindible contar con los trabajadores/as y sus organizaciones, pues son ellos los que participan directamente en la gestión conduciendo los trenes y manteniendo las infraestructuras por donde circulan. Lo importante para un buen funcionamiento de las Rodalies no es quién las gestiona, sino cómo se gestionan, y en esto la IA tendrá un papel cada vez más determinante.