El avance tecnológico es imparable. En las últimas dos o tres décadas se han lanzado dispositivos y aplicaciones que se han vuelto imprescindibles en nuestro día a día, pero que también han supuesto un antes y un después en la sociedad.

Dejando de lado las Blackberry y Palms, el primer smartphone –tal y como lo conocemos hoy– vio la luz en 2007, con el primer iPhone. Aunque muchos de nosotros hemos nacido y vivido sin este dispositivo, ahora mismo somos incapaces de despegarnos de él. Ni que decir tiene de algunas innovaciones tecnológicas anteriores, pero de igual relevancia, como el ordenador personal o internet.

La sociedad está madurando en el uso de las tecnologías y su integración y se empiezan a producir debates que años atrás ni se planteaban: se debe prohibir el uso de móviles a menores o se deberían limitar las tecnologías que generan adicción.

En este artículo os quiero exponer de forma resumida los cinco grandes aspectos que, en mi opinión, la tecnología ha transformado; pero como si de una miniserie se tratara, en próximos episodios profundizaré en cada uno de ellos:

1. Democratización de la información: internet ha abierto las puertas a un mundo de conocimiento sin precedentes. Cualquier persona con acceso a la red puede consultar una cantidad inimaginable de datos sobre cualquier tema imaginable. Esta democratización de la información ha transformado la forma en que aprendemos, nos informamos y tomamos decisiones. El conocimiento ya no es un privilegio de unos pocos, sino un derecho al alcance de todos. Sin embargo, este acceso sin restricciones también trae consigo desafíos como la sobrecarga de información, acceso a contenidos no adecuados según la edad, la desinformación y las fake news. Si sumamos en la ecuación la reciente popularización de la generación de contenidos mediante inteligencia artificial, aprender a navegar en este mar de datos y discernir entre lo veraz y lo falso se convierte en una habilidad esencial en la era digital. 

2. La generación de contenido y la publicidad: la irrupción de internet ha dado voz a millones de personas que ahora pueden compartir sus ideas, experiencias y creatividad con el mundo entero. Los consumidores se han convertido en prosumidores, generando y consumiendo contenido de forma activa. Esto ha fragmentado las audiencias tradicionales, creando nichos específicos de interés que las marcas deben tener en cuenta para llegar a sus clientes potenciales. Surgen nuevos modelos de negocio basados en la creación y consumo de contenido, y los creadores de contenido con grandes audiencias se convierten en figuras influyentes. La publicidad también se transforma, volviéndose más segmentada y personalizada para adaptarse a los intereses de cada usuario. Todo esto también está provocando una saturación de contenido, dificultando la búsqueda de calidad. La cultura de la cancelación puede llevar al ostracismo social. La protección de la propiedad intelectual en el mundo digital es un gran desafío. 

3. La adquisición de bienes y servicios: el comercio electrónico ha revolucionado la forma en que compramos y vendemos productos. Ya no es necesario salir de casa para encontrar lo que buscamos, podemos hacerlo con solo unos clics desde nuestro ordenador o teléfono móvil. Las plataformas online como Amazon o eBay han transformado el comercio tradicional, ofreciendo una mayor comodidad y flexibilidad a los consumidores. Esta tendencia ha impulsado el crecimiento de la economía digital, donde las transacciones se realizan online. Sin embargo, el comercio tradicional está sufriendo el impacto de este avance tecnológico (y, consecuentemente, las ciudades, antes preparadas para la venta física), el tan fácil acceso a productos y servicios sigue alimentando un consumo desmedido, con un impacto muy grande en la sostenibilidad del planeta.

4. La relación entre personas y las redes sociales: las redes sociales han transformado la forma en que nos comunicamos e interactuamos con los demás. Nos permiten conectar con personas de todo el mundo, sin importar la distancia, y compartir nuestras experiencias en tiempo real. Se han convertido en canales de comunicación esenciales para la interacción social, la creación de comunidades virtuales y la difusión de información. Sin embargo, el uso excesivo de las redes sociales puede tener un impacto negativo en la salud mental. Es importante encontrar un equilibrio saludable y ser consciente de los riesgos asociados a la privacidad y la seguridad de los datos personales. El aislamiento social, la comparación social y la adicción a las redes sociales son algunos de los riesgos asociados a su uso excesivo.

5. La economía compartida y la movilidad: la economía compartida ha surgido como una alternativa al modelo tradicional de consumo. Plataformas como Uber o Airbnb permiten a las personas compartir bienes y servicios, lo que promueve un modelo de consumo más responsable y sostenible. Esta tendencia ha transformado la forma en que nos movemos por las ciudades, la forma en la que viajamos y nos alojamos o la compraventa de objetos de segunda mano. La economía compartida también ha creado nuevos modelos de negocio y oportunidades de trabajo para muchas personas, pero, a su vez, la falta de regulación puede poner en riesgo la seguridad de los usuarios, mientras que la competencia desleal afecta a las empresas tradicionales. La automatización y la robotización pueden conducir a la pérdida de empleos en distintos sectores, con una regulación que siempre va un paso por detrás.

La tecnología está transformando la sociedad a un ritmo acelerado. Siempre he creído que la regulación frena el avance y la innovación, pero como sociedad tenemos que empezar a ser más conscientes del impacto que supone para nuestra vida, nuestra cultura o nuestros hijos.