El escorpión es el escorpión. Lo dice la fábula del escorpión y la rana. No hay más. La rana le ayuda a pasar el río y en la travesía el escorpión pica a la rana. ¿Por qué me picas? Dice la rana si ahora moriremos los dos. Por toda respuesta, el escorpión replica "es mi naturaleza". Esto es lo que le está pasando a Pedro Sánchez y a los socialistas tras su pacto con Junts. Desde el primer momento en el PSOE han notado el aguijón. Primero cuando Puigdemont les puso en la tesitura de defender los idiomas nacionales como lenguas oficiales en Europa. La prueba no se iba a superar porque no estaba en mano del gobierno español. Intervenían los 27, pero Puigdemont picaba y picaba para que los socialistas sudaran la camiseta.
Volvieron a picar en el pleno del Congreso celebrado en la cámara senatorial. Picaron hasta la extenuación para conseguir un botín de prebendas que solo tenían un enunciado, pero el escorpión se esmeró en picar a su aliado. Tanto que ni votó a favor, toda una moraleja de la ausencia de confianza que ha impregnado las filas socialistas. Al escorpión que encarna Junts poco le importa que mueran todos en el intento. Es su naturaleza.
Tanto es así que en la negociación de la ley de amnistía se está repitiendo la escena de deslealtad. Junts se desmarca de las enmiendas conjuntas y solo trata de proteger al guardián del aguijón. Pedro Sánchez sabe que esto va a ser así siempre. Pero creo que se ha dado cuenta tarde. No me extrañaría que el presidente después de Manual de Resistencia y Tierra firme esté preparando un nuevo libro. El título se lo sugiero "Manual para pactar con el escorpión".
El PSOE y el presidente necesitan este manual para evitar que una picada lo derribe. Estoy pensando, por ejemplo, en los presupuestos. Como a Junts le da igual porque sin presupuestos en España no habrá presupuestos en Cataluña puede afilar su aguijón. Lo primero que debe tener en cuenta Sánchez es que Cataluña es el único objetivo de Junts y todo lo que hace, cualquier ficha que mueve, lo hace pensando en como poner un juntero como president. Por eso, el PSOE debe ir con cuidado porque el aguijón de Puigdemont debilitará al PSOE pero al que quiere anular es al PSC, su directo enemigo. También a ERC, a la que trata de anular pasando del procés y elevando el supremacismo racista que anida en el nacionalismo catalán. No es nuevo, pero la identidad ha sido elevada a primera división después de picar al PSOE necesitado de sus votos para aprobar los decretos.
Es su naturaleza. No son un partido, no piensan como un partido y no actúan como un partido. Junts es un movimiento heterogéneo que solamente se une por la admiración sumisa al líder. Nadie más piensa ni opina. Y quién así lo hace pasa a mejor vida política. Sus tensiones internas son constantes y abruptas, pero siempre son superadas si utilizan el aguijón contra el enemigo de forma adecuada. Dicen siempre hablar en nombre de Cataluña y de los catalanes, pero lo cierto es que hablan en nombre de su inquina y de su ansía de poder que solo quiere recuperar la presidencia de la Generalitat. "Nos han ocupado nuestra casa", dijo Marta Ferrusola cuando el president Montilla llegó al Palau de la Generalitat.
Lo siguen pensando porque Aragonès tampoco es el representante del pueblo elegido que sigue fiel a su flautista particular. Un flautista que pica con saña a enemigos, por supuesto, pero también a amigos y a aliados. Es su naturaleza. Hará bien Pedro Sánchez en poner las cartas sobre la mesa y afilar el cuchillo para cortar el aguijón.