En los últimos años, la expresión copiar y pegar se ha popularizado gracias a los dos comandos que utilizamos [Ctrl+C, Ctrl+V] en el Word de Office como una instrucción de lo más útil para construir textos. Más divertidos han sido los emoticonos, nuestras maravillosas caras sonrientes, o la expresión “estás en mute” que hemos popularizado durante la pandemia. Todo ello son símbolos para dar instrucciones a un programa que ejecuta una orden basada en un lenguaje de programación.

China ha sido conocida durante años por copiar y elaborar productos en versión más barata ahorrándose la inversión en innovación y haciendo réplicas mejoradas; ahora quiere ser líder en innovación porque ha visto que lo otro tiene precio, pero no valor.  

Estos días he estado probando nuevas aplicaciones basadas en inteligencia artificial (IA), algunas en la famosa IA generativa ChatGPT. La lista en menos de tres meses es larga, pero, por resumir, ahora, sin saber absolutamente nada de programación, edición de vídeo o música, podemos hacer en tiempo récord un vídeo, una pieza musical o un poema con unas palabras o una foto a partir de plantillas de avatares, voces, imágenes o tipos de música. Hay que recordar que Canva ya hace lo propio con los logos, presentaciones, etcétera, democratizando el diseño para todos los públicos. Ahora, el fastfood para hacer vídeos, artículos o canciones está servido, pero sigue siendo imperfecto. Solo hace falta practicar un poco para ver sus limitaciones, aunque estas mejorarán rápido.

Igualmente podemos hacer artículos, poemas, trabajos o incluso una tesis doctoral verosímil en cuestión de poco tiempo comparado con el método tradicional. La verdad es que la vía rápida ahora es la inteligencia artificial. Estas nuevas aplicaciones nos traen su propia jerga y aquí la palabra de este año será prompt, que es la instrucción clara y simple que le damos a la IA para que entienda qué queremos que componga. Por poner un ejemplo: “Escríbeme un soneto de 20 versos en estilo lírico en los que aparezcan las palabras humanismo e inteligencia artificial”. A mí personalmente me recuerda el entrenamiento de los perros, pero la diferencia es que la respuesta es en cero segundos y no tras meses de training.

Estos días se publican informes sobre el impacto de la IA en el futuro del trabajo y se pregunta a las IA cómo nos ven a los humanos con respuestas de lo más suigéneris, porque lo que hacen es copiar, pegar y recomponer información preexistente de sus millones de fuentes y bases de datos y aquí está el verdadero problema, la desinformación y los derechos de propiedad intelectual. Solo hace falta interactuar con ellas unos minutos para ver que cualquiera puede utilizarlas para generar contenidos falsos con nuestra cara o composiciones con elementos previos.

Estos días se ha hablado de la imagen de Trump o de la de Yolanda Díaz con Pablo Iglesias generada con IA, ambas falsas. Yo misma he hecho un vídeo con mi propia foto, pero podía ser la de cualquiera diciendo cualquier cosa en menos de un minuto sin ningún filtro. Mucho se ha hablado estos días sobre si la IA substituirá a administrativos, periodistas o incluso matemáticos, porque automatizará tareas o partes de su trabajo como en su día hicieron las calculadoras o las hemerotecas, pero el problema es que no entienden lo que generan y por tanto no podemos dar credibilidad a sus creaciones porque son verosímiles, pero no son verdad.

Ya hay al menos dos países que reconocen los derechos de propiedad intelectual a una IA aunque pertenecen a su propietario. Por otro lado, hay otros en los que consideran que la autoría de una poesía generada por inteligencia artificial no puede atribuirse a la IA por no ser humana, y está tan alejada de la intención del creador del software que tampoco se le puede atribuir y, por último, tampoco se puede denominar autor al que introduce la petición informática para crear ese contenido, porque no es quien lo realiza. Así que el debate está servido y para ya, porque estamos en el hype de la IA aunque el término es de 1956. Veremos cuánto dura porque lo que es cierto es que su adopción es exponencial y no podemos esperar a tener una regulación en 2024; para entonces el copiar, pegar e IA estará servido.