El grupo Simón, fabricante de material eléctrico, es uno de los más veteranos y potentes consorcios industriales catalanes que todavía se mantiene en manos de la misma estirpe. Además, reviste otra particularidad digna de mención. Su patrimonio suma la cifra récord de 305 millones. De este impresionante guarismo, el capital aportado por los socios ronda solo los cuatro millones.

El resto corresponde a las reservas acumuladas durante sus más de 100 años de existencia, a pesar de que la saga titular sigue de antiguo la costumbre de repartir cada año una opípara porción de las utilidades generadas.

A este respecto es de subrayar que la entidad ha nutrido a sus amos con nada menos que 70 millones durante el último decenio en concepto de dividendo.

El linaje abandonó las riendas ejecutivas hace largo tiempo. Fue adelantado en la instauración de un protocolo interno que prohíbe a sus miembros trabajar en el seno de la empresa, profesionaliza la gerencia al máximo y fija el retiro de los altos mandos al cumplir los 65 años.

En el intervalo 1992-2014, los Simón confiaron la batuta a Xavier Torra. Este cedió el testigo a Luis Lopezbarrena, a su vez relevado por Esteban Bretcha en 2020.

Los accionistas de la corporación de cabecera Simón Holding, todos ellos ciudadanos acaudalados, se limitan a ocupar los puestos del consejo de administración. Asisten a las reuniones y adoptan los acuerdos por unanimidad, según una tradición ancestral de la dinastía. En la postrera sesión de cada ejercicio, además del orden del día habitual, deciden el importe del dinero que se distribuirán a escote, y santas pascuas.

El órgano de gobierno alberga diez poltronas. Lo preside Sergio Vives Simón y es vicepresidente Nicolás de Trinchería Simón.

El entramado abarca vastas posesiones por medio de una treintena de filiales, dispone de factorías en diez países y vende sus artículos en cerca de cien.

La plantilla global comprende 3.600 colaboradores directos. La mitad de ellos se concentra en China. No en vano es este país su segundo mercado en importancia, después de España.

Simón manufactura enchufes y otros artilugios eléctricos y electrónicos de uso doméstico, aparatos de iluminación, dispositivos de control de accesos y vídeo-vigilancia, así como de conexión de voz, datos y multimedia.

Sus orígenes se remontan a 1916, cuando el electricista Arturo Simón Vivet, natural de Palafrugell, abre un modesto taller de producción de portalámparas en Olot.

En la larga singladura posterior han ocurrido todo tipo de vicisitudes y acontecimientos. Uno de los episodios más emotivos lo proporciona la visita del Rey Felipe VI, realizada en 2016 a raíz de la celebración del centenario de la casa. En su alocución, el monarca se refirió a “la tía Rosita”, de 101 años que estaba allí gozosamente presente en primera fila y era la única hija superviviente del pionero Arturo Simón.

También menudearon los descalabros en los anales del conglomerado. Acaso el más demoledor fue el que se desencadenó a partir de 2008, tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria.

Ocasionó a Simón un reguero de pérdidas consecutivas que se prolongaron hasta 2014 y le obligaron a prescindir de medio millar de empleados, que representaban un tercio de la nómina en España.

Por fortuna aquel duro percance ya se dejó atrás. Ahora, transcurrida más de una centuria desde que se puso la primera piedra, Simón vuelve a escalar las cimas más altas de su historia.

Alcanzó la cumbre en 2007, propulsada por el descomunal auge constructivo que se había desarrollado hasta aquel momento. A la sazón, su giro se disparó hasta 310 millones. Luego sobrevino el declive, seguido de una briosa recuperación de forma que en 2021, tras la feroz crisis pandémica, la facturación llegó a 308 millones, a un tiro de piedra de la cúspide anterior.

SIMÓN EN CIFRAS (en millones de €)
Año Ventas Resultado
2021 308 10
2020 251 6,3
2019 276 22,9
2018 274 11,3
2017 280 14,6
2016 258 2,5
2015 263 8,2
2014 222 -2,3
2013 203 -2
2012 211 -5,9

Los poderes de Simón se plasman en un volumen de activos de 440 millones, de ellos 300 constituidos por las fábricas e instalaciones.

Simón luce hoy más fortaleza que nunca. De sus avatares se infiere el acierto de la decisión tomada antaño, por la que se convino delegar la gestión ordinaria en manos expertas ajenas a la familia.