Soy un usuario de la radio, y cada día más. A penas leo prensa, los kioscos mueren. Los abiertos están agónicos; venden plantas y flores. Me produce pena ver este cementerio sin crisantemos en la vía pública. Solo veo a jubilados pasear con uno. Yo que siempre leía dos de diferentes ideologías. El tiempo cambia a velocidad de fórmula 1, visto y no visto.
A nadie le gusta el magma que vomita la isla de La Palma, que es un espectáculo visual, pero es una desgracia para miles de personas, para una zona de gente humilde. Nadie sabe cuándo acabará este desastre natural…
A nadie le gusta la huelga de maquinistas porque los huelguistas no mantienen los servicios mínimos y los usuarios llegan tarde a sus puestos de trabajo en unas empresas que están anémicas …
Las centrales eléctricas pasan de todo, porque perjudican a todo el mundo, especialmente a los pobres. A los ricos no les preocupa…
Me duelen los botellones violentos en madrugadas en muchas ciudades en las que muchos jóvenes vándalos no respetan el trabajo de la policía.
Me duele la derrota del juez del Tribunal Supremo Llarena y la victoria del fugado Waterloo, Carles Puigdemont, que se ríe de la justicia española diciendo que España es un Estado fascista.
Odio el populismo general en España y no solo aquí, a la derecha y la izquierda. Todos me recuerdan a unos párvulos. También en el Reino Unido, porque el primer ministro dice que no tiene que ver por el Brexit…
Lo único que me gusta es que nos acercamos a la normalidad sanitaria…